Hollywood

La ley del infierno

Cuando Antoine Fuqua nos concedió esta entrevista en la Mostra de Venecia, no tenía ni idea de que su película tardaría dos años en estrenarse. El director de «Training Day» estaba contento de no haber sucumbido a las imposiciones de la maquinaria de Hollywood (suya era la última palabra sobre el montaje definitivo del filme), pero no sabía que «Los amos de Brooklyn» estaba a punto de convertirse en candidata al directo a vídeo

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A su mala suerte –su primer distribuidor quebró a los pocos meses de comprar los derechos– se añadía el hecho de que no se trata de un thriller convencional. «Acuérdate de "El príncipe de la ciudad"», advertía Fuqua. «¿Quién estrenaría ahora una película de tres horas sobre la corrupción policial en la que lo más importante era la psicología de los personajes y no la acción?».

La hosca «The Wire»

La respuesta a esa pregunta es: «HBO». No en vano la cadena de cable por suscripción que lleva revolucionando, desde 1999, el mundo de la ficción televisiva en EE UU es la responsable de una serie de autor, árida y hosca como pocas, que ha calado hondo en los teléfilos de pro, «The Wire». Cuando a Fuqua se le pregunta por la influencia de la serie en «Los amos de Brooklyn», frunce un poco el ceño: «Me parece estupenda, pero la he visto menos de lo que la gente cree. La verdad es que se merecía más atención por parte de los medios, en América ha quedado un poco camuflada». No es casual que Fuqua cite una de las obras magnas de Sidney Lumet y la magnífica serie de David Simon. Ambas albergan esperanzas cuando hablan de individuos y afilan sus colmillos cuando se meten con las instituciones. «De joven odiaba a los policías», confiesa Fuqua, «los maltratos, los abusos de poder... Con la madurez aprendía a entenderlos, pero sigo desconfiando del concepto de institución. Toda institución implica un secreto, una mentira encubierta».

Fuqua creció en un barrio conflictivo de Pittsburgh, muy parecido al que aparece en la película. La empatía por los marginados que habían sido sus compañeros de juegos le dio la idea para crear el Fuqua Film Program, una escuela de cine portátil que funcionara como primer contacto de los jóvenes de Brownville con el esperanto de las imágenes en movimiento: «Todos los alumnos tenían que escribir un guión y dirigir un corto. Les enseñamos a montar, a iluminar, a llevar la cámara. Fue el modo de darles una oportunidad de integrarse en el mundo laboral que de otra manera no habrían tenido».


EL DETALLE: HOMBRES DESESPERADOS
Un agente a punto de jubilarse es el personaje con que lidia un contenido Richard Gere en la cinta de Fuqua, donde Ethan Hawke vuelve a realizar un emotivo trabajo encarnando a un tipo que no duda en violar la Ley aunque también vaya uniformado para mantener a su familia. Mientras, Don Cheadler, un agente infiltrado, comienza a sentirse perdido porque el cuerpo no quiere aún liberarlo de tan difícil misión.