Francia

Carlos Saura: «Con la vejez no ganas nada ni sabiduría»

Es el autor de «Deprisa deprisa», Oso de Oro en Berlín, que el próximo viernes regala LA RAZÓN

«He sido compañero de viaje, pero nunca milité en ningún partido», dice
«He sido compañero de viaje, pero nunca milité en ningún partido», dicelarazon

De su película «Deprisa deprisa» recuerda sobre todo que le impulsó a hacerla una serie de artículos publicados en «Abc» sobre la delincuencia juvenil. «La gente no es tan buena ni tan mala», dice. Eligió actores no profesionales, muchos delincuentes habituales, y se encerró con ellos en un garaje con el guión en la mano para cambiar los diálogos, adaptándolos a su lenguaje, a su argot. Descubrió que eran amables y de ingenio muy rápido.
–Y también que tenían una idea muy disparatada de la vida; buscaban una libertad idealizada, no depender de nadie, ni de padres, ni de maestros, ni de leyes, ni de nada. Para ellos, robar un banco no era robar. Traté de convencerlos de que dejaran la droga, pero fue inútil. Dos de ellos murieron después y me dolió muchísimo.

–El tema de la delincuencia juvenil sigue ahí. ¿Ha evolucionado?
–Se ha perdido, creo, el compañerismo, el sentido familiar que había entre ellos, y también el respeto a las mujeres. Y ha sido por la droga dura, sobre todo.

–¿Se ha preguntado alguna vez por qué no ha sido un delincuente?
–No lo sé. Me imagino que depende de las circunstancias.

–Si le garantizaran la impunidad, la mayoría se animaría a robar a un banco. ¿Usted...?
–Hombre, si estuviera muerto de hambre... Cuando estaba rodando la película, varios de los que la interpretaban me preguntaron si quería ver un atraco a un banco de verdad, para documentarme. Iban a hacer uno. No me digáis dónde ni cuándo, por favor, les dije. No fui, claro.
En un principio, «Deprisa deprisa» se prohibió en Francia: consideraron que glorificaba la violencia y el consumo de drogas. «Luego la permitieron; no glorificaba nada de eso», dice Carlos. Consiguió el Oso de Oro en Berlín. El director aragonés siempre ha tenido la impresión de que le tratan mejor fuera que en su propio país, «y es una impresión que sigo teniendo». Es un estoico que nunca espera nada.

–Pues ha sido siempre muy premiado...
–No creo en los premios, y eso que me han dado muchos. Creo mucho en lo que hago. Yo hago cine por el puro placer de hacerlo. Pero una vez hecha la película, ya no quiero volver a verla nunca más.

–Dijo una vez: «España es diferente; aquí nunca puedes creer que eres importante».
–Eso lo ha dicho también Mario Camus. Cuando crees que eres un genio, te pegan un hachazo y te bajan del pedestal; quizá esté bien que sea así. Pero hay crueldad y sobre todo esa manía de crear rivalidades: Joselito o Belmonte, Berlanga o Bardem, Saura o Almodóvar... Parece que eso nos alimenta.

–¿Qué tal envejece?
–Bien. Veo avanzar la edad y lo acepto. No queda otra. Yo no creo que se gane nada con la vejez, ni tan siquiera sabiduría. Sólo se gana experiencia, que es otra cosa. La vejez no tiene ventajas, pero tampoco es un drama espantoso, si no estás enfermo, claro.
Cuando trabaja se olvida de la vida en general, «pongo toda mi atención en lo que hago, tengo una gran capacidad de concentración». No es nostálgico («rechazo la nostalgia») y trata de ser un hombre equilibrado. Hace jogging mental, «es más interesante que correr; me lo explicó Buñuel: es dejar la mente en blanco para que aparezcan las ideas; los surrealistas lo hacían mucho».

–Los políticos, dijo, no son capaces de resolver los problemas. Entonces, ¿quiénes los pueden resolver?
–Nadie. Se van poniendo parches. El hombre no ha aprendido nada, no hemos avanzado nada, quizá la evolución no va por donde tiene que ir. La ciencia va por delante de las relaciones humanas.

–Creo que se considera una especie de anarquista...
–Un anarquista mental. He sido compañero de viaje, pero nunca he militado en ningún partido. Va en contra de mi forma de pensar.

–De sus tres pasiones, el flamenco, la fotografía y las mujeres, ¿cuál le va a durar más?
–A mis casi 80 años, me van a durar todas, las que usted ha dicho más dibujar, escribir... Mi pasión esencial es el cine, porque reúne todas mis pasiones: la fotografía, la pintura, la música... Ah, la música. Para mí, ser sordo sería una tragedia tan grande como ser ciego.
Su próxima película será sobre la música latinoamericana. Viaja mucho: le invitan desde todos los rincones del mundo. No hace nada deprisa.


Jóvenes y marginados
Ganadora del Oso de Oro en la Berlinale de 1981, con «Deprisa deprisa» Carlos Saura regresa a ese cine español concienciado con los problemas sociales, en este caso, la marginación juvenil. La película que regala este diario el viernes narra la historia de cuatro amigos que provienen de un ambiente marginal y que encuentran una salida fácil en los robos a mano armada y en las drogas su vía de escape.