Crisis bancaria

La economía se queda sin maestro

Luis Ángel Rojo, gobernador del Banco de España entre los años 1992 y 2000, murió ayer en Madrid a los 77 años. Licenciado en Derecho y Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Madrid, Rojo dedicó al Banco de España treinta años, desde que se incorporara en 1971 a su Servicio de Estudios.

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Los últimos años de su vida profesional los ha dedicado a una de sus grandes pasiones, la enseñanza –era catedrático de Teoría Económica de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Comlutense desde 1966–, que compartía con su cargo de consejero independiente del Banco Santander. La economía españoha perdido a uno de sus grandes maestros, «el profesor» como le conocían. Maestro de muchas generaciones de economistas, tuvo además entre sus más destacados alumnos al Príncipe de Asturias o a los expresidetnes del Gobierono Felipe González y Adolfo Suárez.

El hecho de que permaneciera ocho años como gobernador del Banco de España, cuatro de ellos con gobiernos socialistas y otros cuatro con el Partido Popular en el poder, habla claramente de su independencia política. Sustituyó en el cargo a Mariano Rubio y fue sustituido por Jaime Caruana.

De la peseta al euro
Luis Ángel Rojo estuvo nada menos que 17 años al frente del Servicio de Estudios, en su calidad de director general. En 1988 fue elegido subgobernador en sustitución de Juan Antonio Ruiz de Alda, fallecido trágicamente en accidente de tráfico. En 1992 fue designado gobernador. Al poco de acceder al cargo tuvo que enfrentarse con los mercados financieros, que le obligaron a devaluar en cuatro ocasiones la peseta. El destino quiso que fuera uno de los artífices de dirigir el nacimiento del euro. Es considerado por muchos como el padre del actual sistema de supervisión del sistema financiero español.

Rojo pasará también a la historia como uno de los más firmes detractores de la política del todo poderoso Alan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal, a la que calificó de «absurda». Tampoco le gustaron el FMI, con el que se mostró especialmente crítico desde el comienzo de la actual crisis, ni el Banco Central Europeo, por reducir su política monetaria a la mera lucha contra el control de la inflación. En 2008 dijo que iba a ser difícil salir de la crisis en España. No se equivocó.