San Bernardino

Zorzal cocina tradicional en el barrio más castizo

Rabo de toro con mousselina de patata y espinacas
Rabo de toro con mousselina de patata y espinacaslarazon

El restaurante Zorzal comenzó su andadura en un pequeño y coqueto, a la vez que modesto, local de la recóndita calle de San Bernardino. Hoy, casi tres años después de su apertura, y tras el éxito cosechado, da un paso más y se traslada a un elegante y amplio espacio situado en Chamberí. Concretamente al número 5 del Paseo de Eduardo Dato, lugar que ocupara Zaranda, y dirección a la que tendrán que acudir a partir de ahora los seguidores de su cocina tradicional.Así, comienza una nueva etapa en cuanto a la ubicación y decoración se refiere, pero su objetivo sigue siendo dar de comer bien, al mejor precio y que quienes se sienten en sus mesas salgan satisfechos. Y de eso se encarga Javier Lafuente, al frente de los fogones de Zorzal desde marzo de 2009. El jefe de cocina cuenta con una amplia trayectoria y ha desarrollado gran parte de su carrera en las islas Canarias y Baleares, así como en Bilbao, en Francia en el restaurante Michel Bras y en Barcelona, en Coure entre otros. A su excepcional trabajo se suma el de Sergio Mayor como jefe de sala, acompañado por un equipo de profesionales para que todo salga perfecto.Zorzal apuesta y triunfa con platos tradicionales, basados en una excelente materia prima. Es una vuelta a la cocina de siempre a la que Lafuente aporta acertados toques y una combinación de sabores, siendo, en todo momento, el producto el absoluto protagonista. La carta comienza con una selección de entrantes convertidos en clásicos del restaurante, como las croquetas de jamón ibérico o los buñuelos de bacalao. Para continuar, y de cara a los días calurosos, destacan platos como la ensalada verde, comté cremoso y avellanas o las verduras, consomé de jamón y albahaca. Otra opción son los arroces, como el mantecado de colmenillas y espárragos verdes, que conquistará a los fieles de este cereal. Los amantes de los platos de cuchara pueden decantarse por el excepcional cocido en dos vuelcos, en carta desde la apertura, o el judión del Barco estofado con morros de ternera. La oferta continúa con una selección de pescados como la corvina, tomates secos, aceituna negra y berenjena, la raya meuniere, alcaparra y alcachofas asadas o el mítico «All i pebre» de anguila. En el apartado de las carnes, Zorzal ofrece, entre otras, dos recetas típicas de la capital: callos a la madrileña y rabo de toro, mousselina de patatas y espinacas. Y en cuanto a los dulces, la estrella de la casa son las torrijas de brioche caramelizadas con helado de tomillo.Quienes visitan el nuevo Zorzal se encuentran con un local clásico y elegante con grandes ventanales que llenan de luz el salón. Los numerosos elementos de madera, como las vigas, columnas y el imponente portalón de la entrada, le dan cierto aire rústico que contrasta con detalles modernos como los cuadros abstractos. Las mesas, separadas con una notable distancia, son amplias y están cubiertas por manteles que llegan hasta el suelo, mientras que las sillas, cómodas y sencillas, invitan a una larga sobremesa con un sugerente combinado de su carrito de bebidas. El restaurante está dividido en dos plantas, pero con mayor capacidad que el anterior, ya que puede albergar hasta 50 comensales. El precio medio de la carta, sin vino, es de 35 €. Sin duda, una buena relación calidad-precio reconocida por la prestigiosa Guía Michelín que le otorgó un Bib Gourmand en 2009. El horario es de 13.30 a 15.30 y de 20.30 a 23.30 horas. Zorzal cierra sus puertas las noches de los domingos y los martes y los lunes durante todo el día.