Cuba

Ved morir al niño

La Razón
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En el vídeo difundido en internet se ve al niño, quizá seis años, corriendo con su mochila al hombro por la calzada encharcada. Se oyen los gritos de los manifestantes. El niño va por delante, él solo. Suena un disparo. Entonces aparece el hombre, acelerado, llegando hasta el pequeño y llevándoselo en volandas para ponerlo a salvo. No consta su nombre, pero es «el héroe de Deraa», aquél que impidió que un niño fuera muerto por francotiradores. El Gobierno sirio dispara, en esta ciudad, contra los manifestantes. Antes ensayó la detención y tortura de menores para devolverlos muertos a sus familias con un mensaje: «Vuestro único futuro es éste». En Homs, donde también abundan los tiradores, el régimen –envalentonado– busca el aplastamiento de la disidencia haciendo llover bombas sobre los barrios rebeldes. Reventadas las viviendas que hacían de enfermería, su objetivo ahora es anular las conexiones a internet. No quiere más vídeos en la red de niñas ensangrentadas y niños muertos. La represión incluye el silencio de los testigos; hay que llevar a negro las televisiones. Bachar al Asad, máquina de matar a quien la UE quiso ver como el reformista que nunca fue, libra su cronoescalada: pretende exterminar hasta el último disidente de Homs antes de que Francia y Estados Unidos encuentren la forma de parar la matanza. Aplastar Homs para que se queden quietos en Alepo. La ONU, resignada, levanta acta de la sangría. Irán sigue armando al régimen mientras los saudíes maniobran para armar, a su vez, a los opositores. Irán y Venezuela dan oxígeno diplomático a Siria de la mano de Cuba, siempre Cuba; los Castro «denuncian» la injerencia extranjera que sólo busca «multiplicar las muertes», por supuesto. Dios los cría y ellos se juntan. Prosigue, así, el asesinato en serie. El niño que se salvó del francotirador aún tiene altas probabilidades de acabar muerto.