Europa

Parados de larga duración

Los sindicatos deben negociar

La Razón
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En su ya habitual línea de no perder el tiempo a la hora de enfrentarse a los problemas, el Gobierno respondió ayer mismo a las manifestaciones contra la reforma laboral convocadas el domingo por los sindicatos y ratificó que la vía del diálogo sigue abierta. La ministra Fátima Báñez ha recordado que el Ejecutivo cumple con el mandato electoral al acometer la reforma del mercado de trabajo, y que el presidente Rajoy dio tiempo a los sindicatos y a los empresarios para que negociasen entre ellos un proyecto laboral. Como todos los plazos, que fueron incluso ampliados, se consumieron sin que fuesen capaces de llegar a un acuerdo, el Gobierno cumplió con su palabra y presentó su propia reforma laboral. Pero también respetó la promesa de mantener el diálogo: pudo haber seguido con la práctica habitual del Gobierno socialista y gobernar a base de decreto-ley, pero optó por redactar un proyecto de ley para que la reforma tuviera que ser debatida en el Congreso de los Diputados. Hay pues tiempo suficiente para que los grupos parlamentarios aporten sus propios puntos de vista y para introducir en el texto modificaciones y mejoras antes de que la ley entre en vigor.
El trámite parlamentario es también el momento oportuno para que los sindicatos, con quienes el Ministerio de Trabajo mantiene ya conversaciones técnicas, aporten de una vez soluciones concretas y cambien de discurso. Deben negociar de verdad, sin líneas rojas, asumiendo de una vez que más de cinco millones de parados y una economía en recesión han acabado con el viejo esquema sindicalista y urge crear un nuevo marco de relaciones laborales, pensando más en la generación de empleo y en el acercamiento al resto de Europa que en mantener viejos privilegios. El papel de CC OO y UGT no puede reducirse a fabricar plataformas políticas con organizaciones afines, en defensa de un Estado del Bienestar que el paro amenaza con hacer saltar por los aires, ni en convocar manifestaciones que, aunque con escasa respuesta, benefician más al PSOE en la oposición que a los propios desempleados. La presencia junto a los sindicatos de miembros del Gobierno socialista responsable de la tragedia del paro y de la peor crisis económica de la democracia ha causado sorpresa no sólo en el Ejecutivo, donde no se entiende que los generadores del problema exijan ahora soluciones en la calle, y que los sindicalistas les acompañen. Algo que cabe entender en clave de coincidencia política y en un intento por parte de Méndez y Toxo de salvar las economías de sus propios sindicatos, que recibirán 321.918 euros gracias a la subvención del último trimestre del año, que dejó firmada antes de marcharse el «ministro del paro», Valeriano Gómez, uno de los socialistas presentes en la manifestación de Madrid.