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No hay realidad sin información

Antxón Sarasqueta dice en un ensayo que «todo lo que existe depende de ella»

No hay realidad sin información
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Madrid- ¿Podemos vivir sin información? ¿De qué depende ésta? Son las preguntas clave a las que Sarasqueta da respuesta a través de una nueva ciencia, la de lo intangible, que amplía el campo de la información. «Todo lo que existe depende de la información y es la que da forma a las cosas. En su estado intangible influye sobre todo lo demás. Es una nueva dimensión de la información». Además, «es expansiva: información genera información». La tesis que propone es otro saber en la forma de analizar la información.

-Afirma que el vacío es un espacio más de la información y la genera.
-Todo lo que nos rodea es una masa de información. La realidad no es sólo lo físico, sino también lo intangible. La realidad posee esas dos dimensiones y si no se ve en su conjunto queda desvirtuada.

-¿Hay vida sin información?
-Hasta la nada lo es, pues se trata de un estado, lo que la hace ser información. No hay ningún campo de la vida que no la contenga. La materia necesita de ella para comunicarse.

-Dice en el libro que es intangible.
-Sí, porque convierte en materia lo que no lo era. La información física es derivada de la parte intangible. Ante un cuadro todos vemos el mis- mo, pero al tener nuestro propio sistema de información, lo aplicamos de forma diferente. Cada uno hace material su información de manera distinta.

-Ésta es la sociedad más informada de la historia, ¿qué implica esto para la persona?
-La importancia no está en lo que aporta, sino en la capacidad del hombre de manejar una masa de información compleja codificada y que hay que analizar. Cualquier proceso empresarial, político... depende del análisis de la información, no de ella en sí misma, de ahí la importancia «del saber» de la información. Sin él es imposible analizarla.

-Toda información visible lleva una oculta. ¿Cuál es más importante?
-Lo fundamental es hacer visible lo que oculta, porque si no, vemos la realidad reducida. Lo que importa es hacer física y visible la parte oculta de la información; para poner en valor ésta hay que poner en valor lo intangible de la información.

-¿Puede el hombre procesar tanta?
-Sí. La capacidad de síntesis y de gestionar su complejidad es una dimensión inteligente del ser humano. El riesgo es verse desbordado por la masificación. Si estás educado en ella, puedes procesarla. Si no, el exceso de información te desorienta.

-¿Y la desinformación?
-Es un sistema de manipulación, altera la realidad en beneficio propio. Con ella se manipulan las conciencias. Es la gran amenaza. Esta crisis está basada en la desinformación. La única salida es educarse en la información, un valor absoluto que, si es transparente y no está contaminado, predice el riesgo.

-¿Cómo evolucionará la sociedad de la información?
-Está viviendo un salto. Lo que ha cambiado es la velocidad con que se hace el cambio. Ahora es más veloz, profundo y complejo. Es un cambio técnico e intelectual. Hay que aprender el nuevo saber de la información porque ése es el futuro.


Una ecuación para medirla
En el libro, Sarasqueta habla también del VAC, acrónimo de «Valor Añadido de la Información», un sistema resultante de una ecuación para medirla. Toda información «per se» genera un valor añadido: conocimientos, aplicaciones... y es importante medirlo». Porque, asegura, «al hacerlo se genera un valor añadido que la información antes no tenía. Se ponen en valor, por ejemplo, los atributos de dicha información».


«Somos información»
Antxón Sarasqueta
Eunsa
160 páginas, 12 euros.