Estreno

Estrellas fundidas

Dirección: Joel Schumacher. Intérpretes: Nicole Kidman, Nicolas Cage, Ben Mendelsohn,Liana Liberato, Dash Mikoh. EE UU, 2011. Duración: 91 minutos. Thriller.

Estrellas fundidas
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Hay algo un poco decadente en la nueva película dirigida por Joel Schumacher, y no tiene nada que ver con la historia que desarrolla. Quizá el contemplar cómo, dependiendo donde coloques la cámara, el rostro de la todavía bonita Nicole Kidman parece en ocasiones una máscara tirante a punto de estallar. Ella, una gran actriz autocondenada (y eso que, y se nota, aligeró silicona de los labios) a la rigidez del botox por culpa de un «star system» que obliga a una cuarentona a parecer que todavía no cumplió los 25. En cuanto a Cage, aquí con varios kilos de más supongo que por exigencias del guión, también padece en carne propia el ocaso de un actor que, no hace tantos años, era considerado una estrella de perfil y cuerpo entero, mientras barrunta cómo cambiarse de peinado para disimular una traicionera y rara alopecia que viene y va. A lo que íbamos, sin embargo: el irregular Schumacher («Veronica Guerin», «Un día de furia», «Asesinato en 8 mm.»), opta esta vez por la calle del medio, la del encargo, para cocinar un filme de argumento trillado y manido: un matrimonio en horas bajas y su hija adolescente (tan insoportable como cualquier otra) son asaltados por un grupo de atracadores que intentan, con muy malas formas, llevarse los diamantes que el dueño de la mansión guarda en una caja fuerte. Lejos, lejísimos en todos los aspectos de «Funny games» e influida temáticamente hablando por la crisis que sigue asolando a medio mundo, «Bajo amenaza» se limita a justificar su razón de ser, el suspense de la trama, en los gritos que lanzan a diestro y siniestro todos los protagonistas al tiempo que el espectador se pregunta a quién le toca ahora recibir el tiro o guantazo de turno. Telefilme de altos vuelos y vacío contenido, la película no acaba de incomodar o alterar a nadie, lo que, tratándose de un thriller violento, resulta preocupante. Sobre Kidman y Cage, baste con lo antedicho.