Lima

De Norte a Sur con el líder Wojtyla

«Hoy se le puede venerar como una figura que está en los altares». Para Jorge Fernández Díaz, vicepresidente tercero del Congreso, la beatificación del Papa Juan Pablo II ha sido una fiesta de «extraordinaria alegría» que no sólo se ha presenciado en la plaza San Pedro, sino por todas las calles de Roma.

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Una delegación de 14 personas
Más de un millón de fieles y 100 cardenales han querido acompañar a Karol Wojtyla, entre los que se encontraba una delegación española formada por 14 personas, como Ramón Jáuregui, ministro de Presidencia; Joana Ortega, vicepresidenta de la Generalitat de Cataluña, y María Jesús Figa, nueva embajadora ante el Vaticano, entre otras personalidades. También acudieron diputados de los distintos partidos con representación parlamentaria, como la secretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal.

Los Príncipes de Asturias encabezaron la delegación, ataviados con ropa oscura, según aconseja el protocolo: traje oscuro y corbata para el Príncipe y traje de chaqueta negro para la Princesa con un velo cubriendo su cabeza. Cinco casas reales presenciaron el acto, y jefes de de Estado de todo el mundo, como Felipe Calderón; de México; Porfirio Lobo; de Honduras, Giorgio Napolitano; de Italia , además del primer ministro Silvio Berlusconi, y Bronislaw Komorowski, de Polonia, país natal del papa Wojtyla.

Dolores de Cospedal alabó la «dimensión humana absolutamente inconmensurable» del nuevo beato. Para la secretaria general del Partido Popular, «Juan Pablo II ha defendido los derechos humanos, la libertad de todos y los derechos de quienes lo pasan mal y no tienen nadie que los defienda». Por su parte, los cardenales españoles presentes coincidieron en sus principales sentimientos: «emoción y agradecimiento».

El ex presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Julián Herranz, ha manifestado que «lo primero que le viene es una acción de gracias a Dios por el Papa que hemos tenido». Otros, como el cardenal y arzobispo emérito de Barcelona, Ricardo Maria Carles, guardan un recuerdo muy personal del Papa beatificado. «Tengo momentos muy hermosos con él. Tuve ocasión de tratarle por necesidad: Barcelona, con Milán, eran las dos diócesis mayores de Europa, y había que comentarle cosas», declaró. «Una vez, vi que caminaba con paso lento, entrada la tarde, y le pregunté si estaba cansado. Me respondió que si a esas horas no lo estuviera sería porque tendría mala conciencia».

El cardenal peruano, Juan Luis Cirpiani Thorne, arzobispo de Lima, habló de la alegría que sintió durante la ceremonia. «Juan Pablo II vuelve a estar con nosotros, esa vibración apostólica, esa nueva primavera en la Iglesia». Para el vicepresidente Tercero del Congreso, el tiempo ha contribuido a ello. «Se pronosticaban lluvias y al final hemos utilizado los paraguas para cubrirnos del sol. El cielo nos ha regalado este día». Fernández va más allá: «Un día histórico en el que se ha beatificado a una persona universal».

«Su Pontificado ha realzado la unidad»
La emoción y el agradecimiento han sido los principales sentimientos expresados por los 26 cardenales españoles presentes ayer en la beatificación de Juan Pablo II. Julián Herranz , ex presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, manisfestó que lo primero que sintió en el acto fue «una acción de gracias a Dios por el Papa que he tenido». El cardenal ha destacado de Juan Pablo II que «su Pontificado ha realzado la unidad». Por su parte, el cardenal y arzobispo emérito de Barcelona, Ricardo Maria Carles, guarda un grato recuerdo: «Le quería muchísimo y todo lo que guardo en mi memoria son anécdotas y buenos momentos. Por suerte, tuve la ocasión de tratar bastante con él, aunque en algunas ocasiones fuera por necesidad», concluye el cardenal de origen valenciano.