Londres

Francisco Merino: «Guillermo aún no heredará la corona»

Horas antes de viajar a Londres, Francisco Merino (director de la Escuela Internacional de Protocolo) habla con LA RAZÓN sobre las pautas que marcarán el enlace real. 

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Quedan menos de cuarenta y ocho horas para que el nieto de la Reina Isabel II contraiga matrimonio con la Lady Di del siglo XXI en la Abadía de Westminster. Mientras, Scotland Yard despliega una de las más altas operaciones de seguridad, que ya protege Londres, y la Casa Real da una pista de las personas que asistirán al enlace, entre ellas, familiares y amigos de los novios, representantes de la realeza y de los distintos Gobiernos y Parlamentos, grupos políticos, cuerpos diplomáticos, autoridades religiosas y destacados miembros del Servicio de Defensa. Francisco Merino, director de la Escuela de Protocolo Internacional de Madrid, habla con LA RAZÓN antes de viajar a Londres para revelarnos cómo trascurrirá la boda real del año.

-Kate Middleton se convertirá en la Princesa Catalina y esposa del segundo heredero al Trono británico, probablemente la monarquía europea más rígida, ¿cómo ha de formarse para su nuevo papel de princesa?
-Ya asiste a clases de Protocolo, de Historia británica, de la Casa Real y de la Monarquía. También debe conocer a fondo las instituciones del Estado británico, del Gobierno, así como su funcionamiento. Debe aprender cómo comportarse con otros miembros de la realeza en visitas de Estado, dónde debe situarse, es decir, protocolo social. Durante los primeros meses acompañará a Guillermo, no la dejarán sola, pero, como Doña Letizia, después de un periodo de rodaje tendrá su propia agenda. Ya ha comenzado a colaborar con organizaciones benéficas.

-1.900 personas han recibido la invitación para asistir a la ceremonia y es ésta la que marca la etiqueta.
-Estipula sólo cómo deben vestir los señores, ya que en Reino Unido no se detalla la etiqueta de las señoras. Lo harán de uniforme militar de gala algunos miembros de las Casas Reales reinantes; de chaqué –el más tradicional es el gris– o traje oscuro. Vestimenta masculina que marca la femenina, que en esta ocasión es vestido corto con tocados y pamelas, que no deben quitarse en toda la jornada. Rania de Jordania, que lució en la boda de los Príncipes de Asturias una falda larga de Alta Costura de Givenchy, lo hizo de acuerdo con el protocolo de su país, al ser una Soberana de un país musulmán.

-¿Qué diferencias protocolarias existen entre el enlace del Príncipe Guillermo y su prometida y la de Don Felipe y Doña Letizia?
-La boda de éstos fue de Estado, al ser el Príncipe de Asturias el heredero a la Corona, mientras que la del hijo del Príncipe Carlos es de semi Estado, al tratarse del segundo heredero. Por eso, los invitados de la realeza no tienen por qué ser los Soberanos o los jefes de las Casas Reales convidadas. Al parecer, asistirá Doña Sofía, junto a los Príncipes de Asturias, pero no tendrían por qué, ya que no se casa el heredero. Sin embargo, las Infantas Cristina y Elena sí estarían en el mismo nivel.

-Los británicos ven al hijo de Lady Di como el sucesor perfecto de su abuela, la Reina Isabel II, desbancando a su padre, que lleva más de 59 años esperando acceder al Trono.
-Sí, pero será Carlos de Inglaterra quien suba, no abdicará en su primogénito. Así es la línea de sucesión, así que aún no heredará la Corona.

-Otra plebeya que entra a formar parte de la Familia Real inglesa.
-Excepto el duque de Edimburgo y Diana de Gales, que pertenecía a una familia aristocrática británica porque era hija del conde de Spencer, Sarah Ferguson, ex esposa del príncipe Andrés, y la de Eduardo, Sophie Rhys-Jones lo son. Los príncipes ya no se casan con mujeres de sangre azul. La Reina está encantada de que su nieto se case con Kate. Más que «glamourosa», asistiremos a una boda muy ceremonial.

-¿Y si no hubiera pertenecido a la religión anglicana?
-Se hubiera tenido que convertir. A no ser que a Guillermo le hubiera dado lo mismo perder sus derechos de sucesión. El príncipe Miguel de Kent los perdió en 1978. Los miembros de la familia real británica no se pueden casar con católicos. Si el enlace es autorizado por la Soberana, su nieto pierde los derechos, pero si los futuros hijos del matrimonio acceden a esta educación, sí entran a la línea de sucesión. Se trata de una ley anticuada complicada de modificar, ya que tienen que estar de acuerdo los 15 Estados de la Commonwealth, que reconocen al rey británico como su jefe de Estado.

-Y dentro de la Abadía de Westminster, ¿qué detalles marcarán el protocolo?
-La familia real británica, tradicionalmente, se sitúa en el lado derecho, con el altar de frente como referencia. Los invitados de la novia se colocarán a la izquierda, mientras que los miembros de las casas reales se sentarán en un lugar cercano al altar.

-Ya como marido y mujer, ¿qué título nobiliario ostentarán?
-Es la Reina quien concede los ducados. Al príncipe Eduardo le cedió el de Conde de Wessex, pero está estipulado que cuando el duque de Edimburgo muera, éste título será para él. A su nieto le cederá el que crea mejor y no esté empañado por su anterior poseedor. En cuanto se den el «sí, quiero» Kate se convertirá en Su Alteza Real la Princesa Catalina y el título que le concedan.

-¿Y en el caso de que se separen?
-A Kate le pasará lo mismo que a Sarah Ferguson, que mantiene el título, pero no el tratamiento. Por ejemplo, si Diana de Gales se hubiese casado con Dodi Al Fayed, habría perdido el de princesa de Gales para quedarse simplemente con señora de Al Fayed. Además, antes del enlace y asesorados por sus abogados, los prometidos deben firmar un acuerdo prenupcial que marca cada detalle en caso de separación. Es decir, qué ocurriría con los hijos, la pensión, el título, y también en caso de viudedad. Según «The Sunday Times», el nieto de la Reina de Inglaterra recibirá como herencia de su abuela unos 290 millones de libras (326 millones de euros).

El fan real más leal
Una cosa es un fan y otra cosa es vivir como lo hace John Loughrey. Este chef de 56 años lleva acampado desde el lunes frente a la Abadía de Westminster y no se moverá hasta que se den el «sí quiero». «Estaba claro que Lady Di quería que estuviese aquí», dice. En 2008 también hubo algo que le llevó a dejar su trabajo para seguir diariamente durante seis meses la investigación para aclarar su muerte. «Ella está muy orgullosa de la elección de su hijo. Estoy seguro de que adora a Kate y el viernes va a estar muy feliz. No podía perderme ese momento», asegura.