Cataluña

El otro archivo de Picasso

Vidal i Ventosa fue uno de los fieles amigos de Picasso desde los años de bohemia artística en «Els 4 Gats». 

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barcelona-Joan Vidal i Ventosa (1880-1972) es hoy un nombre olvidado. Para muchos solamente es el protagonista de uno de los retratos al carbón que un jovencísimo Pablo Ruiz Picasso trazó en 1899 y que hoy se guarda en el museo dedicado al artista en Barcelona. Pero Vidal i Ventosa tuvo un papel importante en la vida del gran pintor hasta el punto de convertirse en su hombre de confianza en Barcelona, una especie de secretario que le ayudaba en la difusión de su obra. Eso es lo que demuestra el archivo personal de éste, vendido el pasado viernes en la capital catalana a un coleccionista privado y que, antes de la operación, pudo ser consultado por LA RAZÓN. Los documentos guardados por Vidal Ventosa incluyen numerosas cartas recibidas y casi siempre con referencias a Picasso, muchas de ellas firmadas por la familia Gili –impulsores de algunas ediciones picassianas como la de «La Tauromaquia»-, el pintor Joan Abelló o Jaume Sabartés, la sombra del autor de «Las señoritas de Aviñón» durante muchos años. Precisamente las misivas de Sabartés, cuya donación dio pie al museo barcelonés, nos permiten conocer el método de trabajo entre los dos camaradas, con Picasso como sombra, casi siempre con referencias a la certificación de obras o la preparación de exposiciones. Palabra de SabartésEn una nota fechada en París el 2 de junio de 1956, Sabartés responde a una consulta sobre imágenes de cuadros que debía verificar Picasso: «Querido Vidal. Acabo de recibir tu carta del día 27 de mayo, toda ella llena de fotografías: 5 por todo, es decir, 3 y 2. Me ocuparé en seguida de obtener de P. las firmas que pides. Ahora bien, me gustaría saber dónde quieres que las ponga. Imagino que debe ser detrás de las copias y lo encuentro extraño porque sobre la gelatina no se escribe nada bien. ¿Es que quieres que escriba otra vez "Bueno"y que firme debajo, sin hacer caso al dorso de la fotografía? No sé si me entiendes. Yo en cambio no te he entendido casi y por eso te pido que te expliques antes de que me ponga a hacer lo necesario para obtener la firma y lo que quieras de Picasso. ¿Entendido?».Existen muy pocos originales del pintor entre lo guardado por Vidal i Ventosa. La explicación es sencilla. En los últimos años de su vida, Vidal vendió al Ayuntamiento de Barcelona cuanto tenía de obra plástica de Picasso, piezas que se convirtieron en las primeras adquisiciones para el futuro Museo Picasso de esta ciudad. En cambio, sí existen algunos apuntes escritos por el artista, entre ellos dedicatorias y un certificado de autenticidad de su puño y letra. Uno de los documentos más curiosos es un álbum fotográfico de 1935 del barcelonés barrio del Somorrostro y cuya portadilla está escrita por el malagueño. La duda es saber por qué a Picasso le interesaba guardar esas imágenes.Una vida en fotografíasEntre los papeles de Vidal i Ventosa hay fotografías relacionadas con su gran amigo, una de ellas realizada por Josep Palau i Fabre, el mejor especialista en Picasso. Entre las imágenes destaca una inédita que reproduce LA RAZÓN por primera vez. Fue tomada el 10 de noviembre de 1955 en Cannes, en el domicilio del pintor por su última compañera: Jacqueline Roque. Un Picasso sonriente apoya su mano en el hombro de Vidal i Ventosa mientras la escena es observada por Sabartés. Detrás de los tres compañeros se pueden ver los primeros cuadros en los que Picasso retrató a Jacqueline.El archivo se completa con más fotografías picassianas que muestran el día a día del pintor o algunos dibujos hechos por el propio Vidal i Ventosa. Mención aparte la merecen algunos dibujos trazados por Josep Maria Junoy.