Ni lo uno ni lo otro por Miguel Ángel ALMODÓVAR

Es curioso que el fenómeno de la dieta esquimal ni se corresponda con los esquimales, ni se sustancie, como habitualmente se cree, en el pescado. El concepto, que apareció a raíz de las investigaciones que los científicos daneses Bang y Dyorberg realizaron entre finales de los setenta y principios de los ochenta, se refería exclusivamente a la población inuit del norte de Alaska, Canadá y Groenlandia, que aunque dentro del pueblo esquimal, nada tiene que ver en lo dietético con el otro grupo, los yupik de la península siberiana de Chukchi. Además, la atribución al pescado de los bajos índices de patologías cardiacas, tumores mamarios, diabetes y otros enfermedades inflamatorias, que entre los inuit se constataban, se descubrió errónea décadas más tarde, al evidenciarse que la base de su dieta no era el pescado, sino la carne de foca, mamífero cuya grasa es rica en los dos omega-3 del pescado, EPA y DHA, pero además es una generosísima fuente de DPA, que repara lesiones venosas y disminuye drásticamente la síntesis de sustancias proinflamatorias.