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La abstracción como proyecto por Bartomeu Marí

La Razón
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Antoni Tàpies es uno de los artistas más importantes que nuestra cultura ha dado al mundo. Lamentamos hoy que nos haya dejado y recordamos su obra, extendida por museos y colecciones alrededor del mundo entero como una lección de vida. Es probable que con el tiempo y a partir de ahora, descubramos aspectos y visiones de su copiosa obra enraizados en su propio tiempo al mismo tiempo que siendo capaz de trascender los «aquís» y «ahoras» de su producción.

Tàpies es uno de los principales autores que emergen en el árido paisaje de la postguerra española. Bebiendo de las vanguardias históricas de la primera mitad del siglo, Tàpies reconoce muy bien los vínculos entre expresión pictórica, iconográfica, poética y literaria. En torno a la mitad de los años 1950, Tàpies se suma al proyecto estético de la abstracción con una voz marcadamente propia. La abstracción como proyecto y la innovación en el uso de los materiales van a marcar una producción donde la materia y el signo superarán el marco de las subjetividades y se erigirán en territorio de intercambio espiritual. Fuertemente influido por las filosofías orientales, Tàpies ha sido asimismo un prolijo ensayista. Pronto le llegan distinciones –como la de la Bienal de Venecia de 1958 o la del primer premio Carnegie en Pittsburgh– y su carrera internacional se refleja tanto en el ámbito de las galerías como en el de los museos de Europa y América.

Pero hoy debemos también recordar que su legado no se reduce a su amplísima obra, y a las innovaciones formales y materiales que introdujo en el arte de nuestro tiempo. Este legado también se inserta en el continuo de la inteligencia que la ciudad genera y difunde entre sus ciudadanos y sus visitantes: la fundación que desde 1984 lleva su nombre, situada en el centro de Barcelona, fue creada con la intención de contribuir al conocimiento de los valores del arte contemporáneo. Recordemos que durante numerosos años, su impulso no residió en el estudio de su propia obra sino que sus medios personales fueron puestos a disposición de muestras y actividades altamente relevantes de artistas de diversas generaciones y procedencias, con o sin relación estilística o formal son su propia obra. Joan Miró nos legó un Centro de Estudios del Arte Contemporáneo. Tàpies contribuyó a situar Barcelona en el mapa internacional de arte contemporáneo con mucho más que su obra: con el ímpetu de la investigación y la obsesión por compartir, incitar e interrogar el presente e imaginar el futuro.

Bartomeu Marí
Director del Macba