Ceuta

Activistas marroquíes amenazan con cerrar el grifo a Melilla

Marruecos sigue adelante con su batería de provocaciones para calentar la relación con España. Esta semana la tensión ha vuelto a trasladarse a la ciudad autónoma de Melilla tras el fracaso el sábado de la «Marcha Verde» sobre Ceuta, que tuvo que desconvocarse por la baja participación.

Los marroquíes ya salieron a la calle en protesta por la tibia condena de la UE a lo ocurrido en el campamento saharaui próximo a El Aaiún
Los marroquíes ya salieron a la calle en protesta por la tibia condena de la UE a lo ocurrido en el campamento saharaui próximo a El Aaiúnlarazon



Como puede verse en el vídeo, el denominado Comité de Liberación de Ceuta y Melilla ha vuelto a la carga y amenaza con cortar el suministro de agua de los manantiales de Trara y Yasinen, situados en la ladera del Monte Gurugú, en suelo marroquí, y que el domingo fueron «expropiados» por un grupo de militantes con el alcalde de Beni Enzar, Yahyia Yahyia, a la cabeza.

Según declaró a LA RAZÓN Abdelmonaim Chaouki, presidente de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos, la semana que viene la ciudad de Beni Enzar votará en un pleno si corta el grifo del agua de Trara y Yasinen a la ciudad autónoma. Pero lo más importante, según Chaouki, «es que acabamos de recuperar una tierra que es nuestra y que estaba en manos de la ciudad autónoma y hemos logrado poner nuestra bandera y a un guardia marroquí». Lo cierto es que ambos manantiales apenas proveen a Melilla del 1,6 por ciento del total del agua que se consume, y la mayoría está destinada a surtir las fuentes públicas, así que la medida es más un acto simbólico que una amenaza real.

Esta agrupación, que se autodenomina «civil» y presume al mismo tiempo de tener hilo directo con el Rey alauí, asegura asimismo que el martes colocó una bandera marroquí en la Plaza de España de Melilla, a partir de ahora rebautizada como «Plaza de Mohamed VI», sin que ningún agente se lo impidiera.

La Confederación Española de Policía (CEP) también ha denunciado esta semana que los activistas acosan a los agentes que prestan servicio en el puesto fronterizo de Beni Enzar con música moruna «a todo volumen desde por la mañana hasta por la noche». Este mismo paso fue escenario el pasado verano de una campaña machista contra las mujeres policía que acabó con varias agresiones. Según algunas fuentes, los soldados musulmanes del Ejército español destacados en Melilla han sido «invitados» a desertar.

Igual que ocurriera durante la crisis del pasado verano, que requirió la intercesión del Rey Don Juan Carlos, el Comité para la Liberación de Melilla tratará hoy de impedir el paso de personas en la frontera para protestar por la «falta de respeto» del Gobierno española hacia el país magrebí. Según dijo Abdelmonaim Chaouki a este periódico, «España prefiere hacer relaciones con el Frente Polisario que con el Gobierno de Rabat, así que si ellos hacen lo que les da la gana, nosotros también. Estamos en la lucha, eso es la democracia». Esta «plataforma» bloqueará «de manera pacífica» la entrada o salida de suelo marroquí entre las 09.00 y las 15.00 horas (una hora más en España), explicó a Efe Mohamed Hamuchi, vicepresidente de la Asociación Gran Rif de Derechos Humanos. El sábado está prevista otra marcha en suelo melillense para mostrar la «más firme y enérgica repulsa a la actitud de belicosidad manifestada por el Parlamento español contra la soberanía de Marruecos».


La llave, en manos de un «delincuente»
El instigador de la enésima campaña contra los intereses españoles en Ceuta y Melilla responde al nombre de Yahyia Yahyia.
El brazo ejecutor de la ola provocaciones cuenta con diversos cargos oficiales, está al frente de la Alcaldía de Beni Enzar (localidad fronteriza con Melilla) y es senador al frente del Grupo de Amistad hispano-marroquí. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, lo considera un «delincuente» que fue condenado en firme en julio de 2008 por el Juzgado de lo Penal número 1 de la ciudad autónoma a una pena de un año y tres meses de cárcel y a 800 euros de multa por un ataque contra agentes de la Policía y de la Guardia Civil.
Yahyia no ha vuelto a poner un pie en España, así que no ha saldado sus cuentas pendientes con la Justicia, que, en cambio, lo absolvió hace un par de años de otra acusación de violencia de género contra su esposa también en la ciudad autónoma.