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Minsk

Guardiola: «Rosell y Laporta se parecen más de lo que creen»

Guardiola matiza sus palabras e intenta devolver la paz al entorno

El entrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, comparece ante los medios en Minsk, Bielorrusia
El entrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, comparece ante los medios en Minsk, Bielorrusialarazon

En el escenario más inesperado, la sala de prensa del estadio Dinamo, en Minsk, Bielorrusia, Pep Guardiola diseccionó ayer al Bar-ça y a su afición como sólo él sabe hacerlo. El técnico matizó algo sus palabras del pasado sábado, en las que su defensa de Laporta y su junta habían revolucionado el club, y puso todo de su parte para pacificar la situación y devolver la calma al barcelonismo. Guardiola no rehuyó ninguna de las muchas preguntas que le hicieron los periodistas sobre el asunto y no se quejó, como hace a veces, del poco eco que tuvo el Bate Borisov, rival hoy de los azulgrana, durante su comparecencia.
El técnico azulgrana aseguró ser muy consciente de la repercusión que tendrían sus palabras. «Tengo 40 años y llevo desde los 13 en este club. Cuando me pongo delante de un micrófono, sé lo que puede llegar a pasar», explicó. A pesar de todo, intentó matizar y suavizar su discurso: «No me refería a personas en concreto, sólo a una situación puntual en la que ocho familias sufren por 15 días de mandato que no les tocaban».
Guardiola no quiso tomar partido entre Laporta y Rosell, y se dedicó a elogiar a ambos: «Han hecho muchas cosas bien y también algunas mal. Como yo y como todos. Reivindico el derecho a equivocarse. Pero la junta de Laporta y la de Rosell se parecen mucho más de lo que se creen. Hacen las mismas cosas en muchas situaciones. Todo lo hacen por el bien del Barcelona. A veces pienso que son la misma cara de la misma moneda».
El técnico admitió que tuvo que hablar con el presidente el domingo, un día después de sus palabras, y entiende que «se pueda sentir molesto, pero no era mi intención». Guardiola aseguró haber trabajado con total libertad con ambas directivas y sentirse igual de respaldado. Sobre la división del barcelonismo, remarcó que «es un problema sociológico de este club y también es nuestra fuerza. Hemos convivido con estas situaciones en muchas ocasiones durante nuestra historia».
Sobre su relación actual con Sandro Rosell, de la que tanto se ha hablado en las últimas horas, el de Santpedor señaló: «Nunca olvido que es el presidente del Barcelona y eso ya me produce una distancia. Con Laporta ya se decía que me llevaba muy mal y ahora sucede lo mismo. Creo que Rosell es muy buen presidente y será mucho mejor en el futuro».
Lo extradeportivo dejó en segundo lugar el partido de esta noche. Un choque que, tras el empate ante el Milan, tiene mucha importancia para el Barcelona. «Es vital», exageró Guardiola. La visita al Bate Borisov, que juega como local en Minsk, servirá para que el conjunto azulgrana recupere su dibujo habitual y vuelva a presumir de su mejor pareja de centrales: Puyol y Piqué; ambos, en perfectas condiciones por primera vez desde hace muchos meses.


Guardiola, contra su homónimo bielorruso
El técnico del Bate Borisov se llama Viktor Goncharenko, pero mucha gente le llama ya el «Guardiola bielorruso» por los paralelismos que guarda con el catalán. Con 33 años, el entrenador del BATE está cambiando la mentalidad conservadora del país a través de una revolución futbolística. «Queremos tener el balón y jugar al fútbol, no nos cerramos atrás; aunque no podemos compararnos al Barça», comentó el español José Pastor, el preparador físico del conjunto bielorruso. Pastor trabajaba en las categorías inferiores del Villarreal hasta que recibió la propuesta de Goncharenko, que estudió los métodos de entrenamiento de los de La Plana durante tres temporadas.