«El hombre español tiene que llorar más»

–¿Qué hace una chica como usted pasando el verano en Guinea Ecuatorial con unas misioneras?–Ayudar. Primero vas por curiosidad y luego terminas identificándote con la tarea.

–Colabora en un proyecto de promoción de la mujer. ¿Cuál es ahora la situación de la mujer allí?–Tiene hijos antes de los 18, no tiene estudios, no trabaja fuera de casa y no tiene voz ni voto, pero sostiene a la familia.

–¿Les hablan de libertad, de igualdad, de...?–Se intenta, pero la censura del Gobierno es muy fuerte.

–¿La mayor dificultad que encuentran?–El régimen político. Da pocas posibilidades de desarrollar conciencias cívicas.

–Hasta los brujos ponen trabas...–Sí. La superstición es el grave problema de África. Se hacen atrocidades por la brujería. Hay mucha gente que prefiere ir al brujo que al médico.

–Pertenece al Voluntariado Misionero Calasancio, pero no es monja. ¿Quiso serlo o quiere serlo?–Quise serlo, ya no. No me considero capaz de llevar los tres votos de obediencia, pobreza y castidad.

–Ha estado también en Senegal y México. ¿Por qué hace todo esto?–No lo sé. Quizá porque el mundo que veo no me gusta.

–Ve miseria. ¿Se tambalea alguna vez su fe?–Terminas cuestionándote muchas cosas.

–¿Qué le desespera o le cuesta entender?–Las actitudes de muchos políticos. La defensa a ultranza del sistema capitalista salvaje. Creo que es injusto. Lo ha dicho hasta el Papa. No podemos aplicar sistemas viejos a problemas nuevos.

–África y sida: ¿partidaria del preservativo?–Sí. Y de enseñar métodos anticonceptivos.

–Se va a educar lejos, pero ¿qué habría que enseñar a las mujeres españolas?–Una forma de vida más austera.

–¿Y a los hombres?–Emotividad. El hombre español tiene que llorar más...sin vergüenza.

–A lo mejor Bibiana ya tiene un plan...