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Mourinho la criptonita de Messi

Pocos retos se le resisten a Leo Messi sobre un terreno de juego. Ambicioso como el que más, la «Pulga» ha explotado bajo el paraguas de Guardiola. La llegada del técnico al banquillo azulgrana le ha ayudado a madurar. Con Pep, Messi ha explotado y ha escalado sin oxígeno y con sus botas como piolets a la cumbre más alta del fútbol

 
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Pero ni siquiera el mejor se resiste al embrujo de José Mourinho. Messi ha perforado redes allá donde ha jugado, menos cuando en el banquillo rival se sentaba el portugués. Su criptonita particular. A una semana para el clásico, su reto es grandioso.

Messi disfruta de sus días más felices como futbolista. Lo primero que hizo Guardiola fue regular su dieta y vigilar su preparación física al máximo. El resultado ha sido la amnesia. Porque ni el jugador ni los médicos recuerdan ya el calvario de lesiones musculares que vivió el argentino hace algunas temporadas. La continuidad se ha transformado en más autoconfianza. Y todo ello se está convirtiendo en goles para Messi y victorias para el Barça.
Ha llegado un punto en que Messi quiere jugarlo todo. Es su manera de mantener la forma. No entiende de rotaciones. Él mismo le pidió a Guardiola jugar ante el Ceuta en Copa. La clasificación estaba asegurada, pero la «Pulga» quería jugar y marcar. Jugó y marcó, claro. Como el sábado en Almería, de donde se trajo el balón firmado por el vestuario tras firmar su séptimo «hat trick» con el Barça. Una marca a la que se debe añadir el histórico póquer que logró ante el Arsenal en la última Liga de Campeones.

Los registros de Messi empiezan a asustar. Cada semana que pasa, supera algún récord. De momento, en 17 partidos esta temporada ha anotado ya 22 goles. Incluso ha convencido a la reticente afición argentina después de su golazo ante Brasil. Le recriminaban en su país que no hacía con la albiceleste lo mismo que en el Barça. En Doha calló muchas bocas y seguro que en Brasil, en 2014, Argentina irá de favorita en las apuestas guiada por Messi.

En apenas dos meses y medio de campeonato, el duelo al gol que mantiene con Cristiano Ronaldo está adquiriendo tintes legendarios. El primer combate «serio» llegará el lunes, cuando las dos estrellas colisionen frente a frente en un clásico para la historia.

Pero la visita del Madrid al Camp Nou también está marcada en rojo en el calendario de Messi por otro motivo. Quiere marcarle un gol a un equipo dirigido por Mourinho por primera vez. Los enfrentamientos con el luso le traen recuerdos agridulces. El Chelsea de «Mou» se cruzó en el camino de su primera «Cham-pions», la que se ganó en París ante el Arsenal. Un partido que Messi no pudo jugar porque cayó lesionado precisamente ante el Chelsea, en el partido de vuelta de octavos de final. Se rompió y abandonó el Camp Nou entre lágrimas. En la ida, en Londres, tampoco pudo marcar aunque lo bordó y desquició a la defensa «blue», especialmente a Del Horno. Julio César también le ganó el pulso la temporada pasada con el Inter. La telaraña tejida por Mourinho ahogó a un Messi sin espacios. El lunes llegará la tercera oportunidad. ¿Será la vencida?


Abidal, la única preocupación
El Barça afronta a partir de hoy una semana decisiva. El miércoles se juega su futuro en la Liga de Campeones ante el Panathinaikos, en Atenas. Un partido que se prevé muy duro. Tanto, que el jueves Guardiola ha decidido dar fiesta a sus jugadores. El clásico entrará en sus vidas a partir del viernes, a razón de un entrenamiento diario hasta el mismo día el partido, el lunes. El estado de forma de la plantilla azulgrana se acerca al óptimo, y tan sólo la lesión de fibras de Abidal ensombrece el panorama.