Ciudad del Vaticano

La asistencia a la beatificación de Juan Pablo II no requerirá invitación

La Santa Sede informó hoy de que no será necesaria la invitación para asistir a la beatificación del papa Juan Pablo II, prevista para el próximo 1 de mayo en la plaza de San Pedro del Vaticano.

A través de un escueto comunicado de prensa un día después de que se anunciara la beatificación, la Santa Sede explicó que la participación en la ceremonia está abierta a todos los fieles y no se necesitarán las invitaciones para asistir a ella.

Karol Wojtyla, fallecido el 2 de abril de 2005, será elevado a la gloria de los altares el próximo 1 de mayo después de que este viernes, su sucesor, el papa Benedicto XVI, promulgara el decreto por el que se reconoce un milagro por su intercesión.

Se trata de la curación inexplicable para la ciencia de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 parkinson, la misma enfermedad que tuvo el papa polaco, y que sanó varios meses después de la muerte de Juan Pablo II, al que la religiosa rezaba continuamente.


«Una vida ejemplar»


Por otra parte, el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha asegurado que el anuncio de la próxima beatificación de Juan Pablo II supone que "su vida es ejemplar", al tiempo que ha defendido la evidente continuidad que hay entre su Pontificado y el de Benedicto XVI.

"Cualquier beato tiene su personalidad, su especial significación con respecto al presente y futuro de la Iglesia, y en este caso la personalidad del que va a ser declarado beato es de una magnitud espiritual e histórica absolutamente singular", ha asegurado Rouco Varela, en declaraciones a la Cadena Cope.

Asimismo, el cardenal ha defendido que el Pontificado de Juan Pablo II "no se puede explicar sin el cardenal Ratzinger", con el que ha recordado que despachaba todos los sábados. "Yo creo que fue la persona, aparte de los que convivían con él, que tuvo una relación más directa y más personal con Juan Pablo II", ha sostenido.

Por ello, ha afirmado que hay una "coincidencia plena"entre ambos Pontífices, en lo que se refiere a "la línea doctrinal y de gran pastoral, y espiritual, incluso en los grandes temas del diálogo fe y razón, de la evangelización del mundo contemporáneo".


Recuerdos de Juan Pablo II


Rouco Varela ha definido a Juan Pablo II como "una especie de gran misionero de la Iglesia", como, a su juicio, demostró durante la preparación y desarrollo de la IV Jornada Mundial de la Juventud de Santiago de Compostela de 1989. "Ahí es donde se veía al Papa testigo de Cristo queriendo llevar a la Iglesia y a sus jóvenes por esa experiencia de Cristo que salva y que hay que dar la vida en un mundo complejo y difícil", ha aseverado.

Asimismo, entre otros recuerdos que guarda de Juan Pablo II, ha señalado la participación en una de sus primeras audiencias, en la que éste le cogió por los hombros como diciendo "aquí, adelante, hay que llevar a la Iglesia por caminos de testimonio apostólico, de compromiso
misionero, con esperanza, con entusiasmo".

"Me dejó muy impresionado", ha reconocido Rouco Varela, que también ha recordado las palabras que le dirigió el Papa en otra ocasión en la que le dijo: "Qué obispo tan joven para llevar la Cruz". Igualmente, se ha referido a la comida que mantuvieron con el Pontífice el día siguiente al estado de sitio en Polonia en 1981 y en la que "se veía en él esa figura apostólica absolutamente excepcional".