Sevilla

Drogadictos de fin de semana crímenes que marcan toda una vida

Seis de cada diez jóvenes que delinquen consumen ocasionalmente y el 40%, de forma crónica 

Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, alegó el consumo de droga como atenuante
Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, alegó el consumo de droga como atenuantelarazon

¿Atenuante, eximente, agravante? Seis de cada diez jóvenes que han cometido algún delito consumen drogas ocasionalmente y el 40% lo hace de forma crónica, según un estudio sobre «Juventud y Violencia» de Proyecto Hombre. Según el informe, el 5% consume alcohol habitualmente y el abuso de drogas afecta a la vida de uno de cada tres.El consumo de droga se relaciona de forma directa con los delitos. El presunto asesino de Alcosa, de 23 años, según declaró, salió de marcha una noche entera, bebió y tomó éxtasis y LSD; de regreso al piso de la calle Ciudad de Oliva en el que vivía con sus padres, asesinó, asestándole decenas de puñaladas, y violó dos veces a su vecina, Efigenia Gómez, de 78 años. Borja Benítez, el detenido, declaró ante la juez y ante su padre, antes de que éste le llevara a la Policía, que no recordaba nada por las sustancias que consumió en una fiesta de música electrónica. Borja aseguró a la juez que no consume de manera habitual, pero sí ocasionalmente cuando salía por la noche. Es consciente de que ha «arruinado su vida». Drogadictos de fin de semana, crímenes que marcan para toda la vida.Cuando el detenido por el crimen de Alcosa despertó, se encontró lleno de sangre, en su habitación. Supuestamente, llamó a un amigo, al que contó lo ocurrido. El arma del crimen fue localizada en un contenedor a un centenar de metros del lugar de los hechos, lo que contrasta con la falta de capacidad cognitiva que argumenta.Miguel Carcaño, el asesino confeso de Marta del Castillo, de 20 años, también alegó que había tomado drogas. Igual que dijo el menor conocido como «El Cuco». Fuera de Sevilla, el debate también está vivo con crímenes como el de la irunesa Nagore Laffage, cuyo asesino, José Diego Yllanes, declaró que se hallaba bajo los efectos del alcohol. Cada uno de los detenidos era definido por sus vecinos como: «buen chaval, majo y agradable». De Carcaño también se dijo que tenía arrebatos violentos. Antonio del Castillo, el padre de Marta, se quejó de que las drogas «puedan usarse como atenuante, cuando, por contra, en delitos de tráfico se considera agravante». El Congreso debatió esta circunstancia para los delitos de violencia doméstica. Finalmente, se acordó que no fueran agravantes, pero tampoco que figuraran como eximentes. CasuísticaLa tesis oficialista es que en materia de seguridad vial conducir bajo los efectos del alcohol o de otras drogas es delito al convertir la conducción en una acción peligrosa para la vida o integridad corporal de las personas. En los delitos de violencia de género, se entiende que la violencia en sí es ya lesiva sin que el consumo de estupefacientes incremente el daño. El aspecto que puede marcar la diferencia es si el sujeto «se colocó» para cometer el crimen o actuó de manera imprudente, el supuesto en el que, teóricamente, intentan entrar los presuntos asesinos de Alcosa y de Marta.La tendencia entre un gran grupo de jóvenes es creer que tomar drogas de forma esporádica no conlleva riesgos. El 70% de los consumidores de éxtasis sufre alteraciones neurológicas y trastornos psiquiátricos. El, ahora en auge, cristal puede causar un daño similar al parkinson. La esquizofrenia y el trastorno bipolar también se relacionan con las drogas. Gran cantidad de agresiones sexuales, accidentes de tráfico, hemorragias cerebrales y hepatitis agudas en jóvenes están relacionadas con el consumo de drogas. El alcohol y otras sustancias pueden favorecer la predisposición a entrar en conflicto, según los estudios de Sanidad.