Juan José Hidalgo: «Amenazar con huelga es hacer terrorismo»

Campechano y sin pelos en la lengua, charlar con Juan José Hidalgo es sinónimo de conversar con un catedrático del sector turístico. Con más de 40 años de experiencia a sus espaldas, al presidente del Grupo Globalia aún le quedan ilusiones y muchas ganas de seguir haciendo cosas
-Hace una semana Halcón Viajes cumplió 40 años. ¿Se ha cumplido el sueño del salmantino que comenzó trasladando emigrantes desde Suiza?
-Ha superado todas mis expectativas. Era imposible imaginar que podría presidir un grupo empresarial puntero y líder en el sector turístico español.
-El cumpleaños de Halcón le ha servido como excusa para incluir el «.com» en su nombre. ¿Estar en internet es ya inevitable para tener éxito?
-Todo puede mejorar y eso es lo que pretendemos. La intención es complementar la reserva on-line con la confianza que aporta el personal de las oficinas físicas.
-¿La desconfianza sigue siendo el inconveniente de la red?
-Sin duda, porque es más impersonal. Si algo sale mal en tu viaje no puedes reclamar a nadie, mientras que en la agencia tienes un agente al que contarle tus problemas con tranquilidad.
-Globalia tiene turoperadores, aerolínea, hoteles, alquiler de coches, móviles y hasta juegos on-line. ¿En qué nuevo charco está pensando en meterse?
-El éxito de Globalia está en que es un conglomerado de empresas que se apoyan unas a otras y que controlan todos los palos vitales del sector. Pero siempre hay algo más que conseguir. Una de las cosas en las que pienso es en meternos en el negocio ferroviario si llega a liberalizarse.
-¿Por qué le interesa el tren?
-Creo que es un sector mucho más fácil y rentable que el avión, porque los costes estructurales los soporta el Estado.
-Globalia cerró 2010 con beneficios, pero con una caída del 27 por ciento. ¿Cuál ha sido el problema?
-Como empresa, la facturación y el crecimiento de Globalia en 2010 fue muy positivo, pero el lastre ha venido por el pleito que tuvimos con los hoteles Oasis y la decisión de un juez americano que nos obligó a pagar la renta de esos establecimientos, a pesar de que estuvieron sin clientes durante meses.
-¿Cómo se presenta 2011?
-Estaba convencido de que sería el año de la recuperación turística, pero el conflicto en el norte de África y la subida del precio del petróleo han echado por tierra los posibles beneficios.
-¿Subir las tarifas aéreas será inevitable?
-Sí, pero ni siquiera subiendo el precio de los billetes podemos recuperar los costes, ya que apenas repercuten en un 30 por ciento. Si el petróleo pasa de los cien dólares se convierte en un escollo y las cuentas no salen.
-Sin embargo, el hecho de que se frenen los viajes al norte de África puede ser bueno para España como destino.
-Sí. Será muy positivo para los hoteleros de las islas españolas, pero como nunca llueve a gusto de todos, para nosotros es negativo. Globalia es un grupo emisor y el cierre de esos destinos supone un palo muy gordo, ya que teníamos paquetes y reservas vendidas que se han cancelado.
-Y por si fuera poco, estos días se habla de la posible huelga de trabajadores de AENA en Semana Santa. ¿Cómo les afectan esos rumores?
-Hay una alarma social innecesaria que se convierte en un chantaje absoluto fomentado por los sindicatos y los medios de comunicación. Amenazar con huelga y darle eco es hacer terrorismo y asustar a la gente sin medir las repercusiones.
-¿Qué le diría a aquellos que están pensando en viajar con ustedes?
-Quiero transmitir tranquilidad absoluta. Nosotros como autónomos tenemos nuestro propio handling y personal de operación para trabajar sin ayuda de AENA. Además, después de lo que ocurrió con los controladores, la ley ampara con más fuerza los servicios mínimos.
-Próximamente entrará en el sector la compañía Nautalia, liderada por José María Lucas. ¿Le asusta la competencia?
-Para nada. En España hay muchas más oficinas de venta de las que son necesarias y quien vende euros a tres pesetas al final cae por su propio peso.
-Cumplirá 70 años en 2011. La propuesta de jubilarse a los 67 años ya se le queda caduca...
-No tengo ninguna prisa por jubilarme. Me encuentro muy bien trabajando, porque disfruto con lo que hago. Cada uno que se jubile cuando quiera.