Estados Unidos

Olazábal: «Soy más del estilo de Pep»

El capitán europeo de la Ryder, Olazábal, intentará transmitir la herencia de Ballesteros al equipo

Olazábal: «Soy más del estilo de Pep»
Olazábal: «Soy más del estilo de Pep»larazon

Madrid- El mejor deseo que se le puede expresar al capitán de la Ryder Cup 2012, Txema Olazábal, amén de que Europa se traiga del beligerante Medinah de Chicago el trofeo y triunfe en la «batalla» con Estados Unidos, es que igualmente salga vencedor en la lucha que libra con la artritis reumatoide y pueda seguir jugando al golf. Y el mejor halago es el que un día le dedicó Colin Montgomerie: «Cuando él habla todos escuchan». «Está bien –dijo ayer Olazábal a su paso por Madrid camino del Open de España de Sevilla–, pero habría que mirar el porqué del hecho de que te escuchen, si es porque creen en ti».
Para intentar transmitir el tipo de capitán que será en esta edición (del 28 al 30 de septiembre), Chema echó mano de un símil futbolístico: «Yo soy más del tipo de Guardiola que del de Mourinho para dirigir a un equipo». Tampoco pudo ocultar, como seguidor de la Real Sociedad que es, la «envidia enorme» que siente ante «lo que está consiguiendo el Athletic».
Fuera del fútbol, Olazábal se mostró esperanzado de «poder transmitir» lo que Seve lograba en cada Ryder y aseguró que quiere «que su memoria esté presente» en esta edición, porque él no repetirá como capitán, dejará correr turno a otros que lo merecen, lo tienen pendiente, y la edad apremia para que todos puedan serlo.
El de Fuenterrabía no tiene una «técnica de motivación» precisa que no sea la que le ha dado la experiencia junto a Seve, como jugador o en dos vicecapitanías. «Mi estilo se concentra en si de verdad eres capaz de transmitir ese sentimiento en palabras, gestos, acciones...». El de Seve –desprende– es inigualable: «Siempre tenía la última palabra. No es tanto lo que se dice sino cómo se dice. Él tenía ese sentimiento de que los americanos siempre nos miraban por encima del hombro, y hacía mucho hincapié en ello para espolearnos y para que demostrásemos que no nos tenían que mirar por encima del hombro».