Cataluña

Cine en catalán por decreto

Cine en catalán por decreto
Cine en catalán por decretolarazon

En plena crisis de la industria, el conseller de Cultura, Joan Manuel Tresserras, filtró ayer a la Prensa uno de los puntos más polémicos de lo que será la nueva ley del cine en Cataluña. El anteproyecto, que estará concluido en junio y espera estar aprobado el próximo año, establece la obligación de distribuir el mismo número de copias dobladas al catalán que al castellano. Tresserras aseguró que con esta normativa, calificada como objetivos estratégicos de la Generalitat, se busca «garantizar el derecho de los ciudadanos para poder ver cine en las dos lenguas oficiales y fomentar la distribución y la exhibición de cine en versión original subtitulado. La futura ley prevé una distribución del 50 por ciento de las copias de todos los largometraje en cada una de las dos lenguas oficiales. No obstante, la implantación será progresiva para facilitar a las distribuidoras adaptarse al nuevo sistema. Pero las exigencias de política lingüística para el cine no convencen a todos, a excepción de CiU, quien aplaudió la propuesta, aunque se teme que sea «un brindis al sol». El PP, según declaró su diputado en el Parlament, Rafael López, se mostró «absolutamente en contra de cualquier tipo de intervencionismo que haga la administración sobre la vida de las empresas y de los ciudadanos». Politización del sector Igual de contundentes se mostró ayer a LA RAZÓN un portavoz del Gremio de Empresas de Cine de Cataluña: «Nos gustaría tener un documento que desconocemos, pese a haberlo solicitado a la Generalitat. Respetamos la política de fomento del catalán, pero pensamos que no se puede imponer cuotas sin estimular al público. Esto se ha convertido en un tema político, cuando lo que habría que hacer es apoyar a las salas», se apuntó desde la agrupación. En este sentido, son contundentes las cifras sobre una película, «Vicky Cristina Barcelona», de Woody Allen, estrenada con 5 copias en castellano, 41 en catalán y 15 en versión original subtitulada en castellano. La rentabilidad de las copias demuestra que fue la versión castellana (52.008 euros) la que contó con más simpatías, pese a un mayor número en catalán (con una rentabilidad de 10.565 euros) y la versión original (13.447). Desde el Gremio de Empresas de Cine de Cataluña se afirmó que «Vicky Cristina Barcelona» «hubiera tenido más éxito con un mayor número de copias en castellano». La pelota también está en el tejado de las productoras y exhibidoras. Para el presidente de Filmax, Julio Fernández, una de las grandes distribuidoras españolas con base en Cataluña, la principal duda es saber «quién paga esto. Quién se hace cargo de los costes del doblaje». El empresario apostó por buscar vías de seducción en el espectador, «no crear elementos de distorsión». Lo filtrado por la conselleria incide sobre todo en las grandes firmas estadounidenses, como Warner, Fox o Disney. Según la Generalitat, la posición de «dominio» de las distribuidoras norteamericanas o «majors» dificulta tanto la distribución del cine producido en Cataluña como del doblado o subtitulado al catalán, lo que ha llevado a que este sector tenga la desigualdad «más patente» entre las dos lenguas oficiales en Cataluña. «Desequilibrio» Según los datos aportados ayer por la conselleria, en 2007, de los 466 filmes que se estrenaron en Cataluña doblados o subtitulados, el 97 por ciento se distribuyeron en castellano, y en el 89 por ciento de los títulos la versión en castellano era la única disponible en las salas de la comunidad. A ello se le suma que de las 854.906 sesiones de cine que se hicieron en Cataluña ese mismo año, sólo el 3 por ciento fueron proyectadas en catalán (19.298 sesiones en versión doblada y 5.238 en versión original). En versión castellana (original y doblada) fueron hasta 766.764 (89,18 por ciento), con lo que, según el departamento que dirige Tresserras, «por cada proyección en catalán se hicieron más de 30 en castellano». Las «majors» no quisieron hacer ayer declaraciones, aunque sí constataron que en ningún momento han podido ver el documento, ni han hablado con la conselleria. La Generalitat no lo tendrá fácil. Todavía se recuerda la polémica de 2001, cuando Warner se negó a doblar al catalán la primera entrega de «Harry Potter», pese a que la Generalitat, en ese momento en manos de CiU, se ofreció a pagar los gastos que podría tener la «major». Posteriormente Warner sí accedió, pero el público apoyó la versión castellana.