El panorama

Nuestra frágil economía barbea las tablas. Para la Fiesta será una prueba. Los empresarios deberán adaptarse. Meter a la gente en las plazas sólo se logrará a base de buenos carteles. No valdrán las largas ferias con escasa presencia de diestros interesantes y mucha morralla. Los festejos disminuirán.
Los diestros que interesan son José Tomás, en primer lugar. Aporta más ganancias que ninguno, seguido, en la distancia, por Cayetano. Ponce y Juli, imprescindibles en los abonos, cierran el círculo. Los demás, a acompañar, salvo excepciones exquisitas y esporádicas: Morante de la Puebla.
Los empresarios tendrán que seleccionar mucho. No valdrá lo que se ha venido haciendo de colocar a toreros pasados y sin interés abriendo plaza. El público, quiere ver gente nueva y con perspectivas. Ha llegado el momento de renovar la oferta: dejar paso a los jóvenes capaces de interesar al aficionado. Éstos, tienen la obligación de esforzarse y no dejarse ir a la bartola, como ha sido habitual.
Con la crisis económica, puede iniciarse el cambio estructural que necesita la Fiesta. Los propietarios de las grandes plazas, ayuntamientos y comunidades, deben aflojar su injusta y terrible opresión sobre sus arrendatarios. Y éstos, en consecuencia, bajar los precios.
Los protagonistas de la evolución tienen que ser los toreros, en especial los nuevos. Si se retiraran las figuras veteranas, nos quedamos sin nada. Por tanto, chavales ¡al toro!