Europa

Escultura

«El reto es situar al español como lengua de trabajo en la UE»

Las dos mujeres que dirigen la política cultural en el exterior creen que la imagen de España aún tiene muchos clichés

«El reto es situar al español como lengua de trabajo en la UE»
«El reto es situar al español como lengua de trabajo en la UE»larazon

Se conocen desde hace muchos años, de su etapa como profesoras de la Universidad, y ahora su trayectoria profesional se vuelve a cruzar porque están al frente de las dos instituciones que diseñan la política cultural del Gobierno en el extranjero. Carmen Caffarel, desde la dirección del Instituto Cervantes, y Charo Otegui, en la presidencia de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural en el Exterior (Seacex). Ambas en la órbita del Ministerio de Asuntos Exteriores. Participan en proyectos comunes y comparten los mismos objetivos. Entre ellas hay sintonía, se entienden bien, y lo achacan a la complicidad que surje entre mujeres: «Quizá porque entre nosotras no existen egos ni competitividad, el trabajo de coordinación entre los dos organismos es más fácil», convienen Caffarel y Otegui.
–¿Cómo ha cambiado la estrategia de difusión de la cultura en el exterior del gobierno socialista con respecto a la del PP?
– Caffarel: No ha habido cambios muy importantes, porque el objetivo es el mismo, poner España en la primera fila internacional. Sí que hay diferencias en las líneas de trabajo. Ahora se hace un mayor esfuerzo en asuntos como el diálogo de las civilizaciones, la presidencia europea de España en 2010 y los bicentenarios en América Latina.
–Otegui: Ahora hay una mayor incidencia en la idea de la diversidad, España como un país plural que enriquece.
– ¿Le falta a España una marca más fuerte de país exportador de cultura contemporánea?
– Caffarel: La tendencia es clara, cada vez existe una imagen más potente de la cultura española al mismo tiempo que se van borrando los estereotipos, aunque todavía quedan unos cuantos.
– Otegui: Sí, todavía hay muchos estereotipos, pero incluso dentro de los clichés establecidos hay cambios. El flamenco, un tópico español, está evolucionando al fusionarse con otras músicas, como el jazz. Es decir, el cliché deriva a algo más enriquecedor. Somos, y así nos ven, un país joven, dinámico, lleno de energía y solidario. Teníamos el estereotipo de país supercatólico, atrasado y conservador y eso ha cambiado. Europa mira con asombro lo que ha pasado aquí a nivel cultural y en otros campos. España está sentando plaza.
– Un país con problemas de identidad como España, ¿puede acuñar una imagen exterior de marca?
– Otegui: Nuestra imagen de marca es la diversidad. Somos un país que tiene una voluntad de seguir unido pero que tampoco quiere renunciar a su pluralidad y diversidad.
– Caffarel: Somos un país complejo y plural. Lo que pasa es que a veces los problemas se ven más desde dentro que desde fuera.
– La curiosidad por la cultura de un país se genera a partir del tirón de ciertos creadores. ¿Tiene España déficit de grandes individualidades?
– Otegui: No creo que falten nombres. En arquitectura, en arte y en literatura hay grandes creadores, pero sí que debemos hacer un esfuerzo para que esos nombres, especialmente los jóvenes, se sientan acompañados en su trayectoria internacional.
– ¿Y faltan plataformas?
– Otegui: Tenemos agentes muy activos y consolidados. En el terreno del arte se hace un buen trabajo desde museos y galerías, que ofrecen un soporte esencial para la promoción de nuestros artistas.
– Caffarel: El Cervantes se creó hace 17 años y sus homólogos europeos llevan décadas trabajando. Nos sacan ventaja y nos falta peso histórico por una cuestión de tiempo.
– ¿Cómo se gestiona la cultura en tiempos de crisis?
– Caffarel: Agudizando el ingenio. Tenemos que buscar financiación por otras vías, no sólo la pública, y sumar recursos e ideas. Se requieren sinergias con otras instituciones y unas buenas relaciones que faciliten las cosas.
– Otegui: En tiempos de crisis, un Gobierno tiene otras prioridades. Pero también hay que tener claro que la industria cultural mueve muchos recursos económicos, no es sólo la guinda que se pone encima del pastel como a veces se piensa.
– ¿Qué es lo que se ha hecho mal con la cúpula de Barceló?
– Caffarel: Se ha hecho demagogia. Se ha confundido la cooperación con la ayuda al desarrollo. Además, cuando ninguno de nosotros estemos esa cúpula perdurará como una gran obra.
– Otegui: Sí, ha habido bastante demagogia. Si estamos demandando la presencia de España en el exterior es contradictorio no estar de acuerdo con este proyecto. Es una gran obra y hay que verla en perspectiva, pensando cuáles van a ser los beneficios de la presencia de España en organismos internacionales, que es parte del objetivo de este Gobierno. Con respecto al dinero, las obras de arte son caras. Y ya se ha explicado que ni un euro que tenía que ir a la vacuna famosa se ha cogido para otro proyecto. Además, voy a ser políticamente incorrecta, no podemos ser paletos. Tiene que haber una labor del día a día, de establecimiento de redes, pero también hay que hacer apuestas fuertes, como la de Barceló.
– El PP quiere que el Cervantes y la Seacex estén bajo el paraguas del Ministerio de Cultura. ¿Son partidarias de repensar la difusión de la cultura fuera?
– Caffarel: Me sorprende esa proposición no de ley en la medida en que Seacex fue creada en la época del PP en el seno de Exteriores. El Cervantes está a caballo entre los ministerios de Cultura y Educación. Pero dependemos de Exteriores y estamos muy cómodos en este ministerio: la cobertura y la expansión del Instituto por el mundo es más eficaz desde Exteriores que desde otro ministerio.
– Otegui: En Seacex no dependemos ni de Exteriores ni de Cultura, sino de una junta de accionistas formada por Economía y Hacienda. Luego tenemos un consejo de administración en el que están paritariamente representados Cultura y Exteriores. Mi opinión es que las políticas exteriores, tanto en el ámbito de la cultura como en el resto de los campos, las desarrolla el Ministerio de Asuntos Exteriores, por tanto, no me parece pertinente replantear ningún estatus porque, además, estamos trabajando de forma muy coordinada.
-En 2010 España asumirá la presidencia de la UE. ¿Cuál será la apuesta en materia cultural?
– Caffarel: El Cervantes va a dar la batalla –mediante varios proyectos que estamos preparando– para que el español sea reconocido como idioma de trabajo en el seno de la Unión Europea, como ya lo es en otros organismos internacionales. Habrá una ofensiva diplomática y desde todos los frentes para demostrar la necesidad de que el español, que ya es el segundo idioma de comunicación internacional, sea la cuarta lengua de trabajo junto al inglés, francés y alemán.
– Otegui: Estamos trabajando muchas instituciones bajo la presidencia del embajador especial, Nicolás Martínez Fresno, en una doble dirección: se quiere potenciar la presencia de España en Europa y también la presencia de Europa en España. Haremos seminarios y exposiciones: una colectiva de artistas españoles y europeos que manejan los mismos discursos, otra sobre la arquitectura contemporánea española, otra muy importante llamada «España, encrucijada de civilizaciones», y otra sobre tapices, entre otras muchas.