El veinte por ciento de los capitanes de entre 25 y 27 años no ascenderá nunca

La promesa del entonces ministro de Defensa, José Bono, de que la nueva Ley de la Carrera Militar permitiría a un soldado llegar a general ha trocado a medida que se aplica en una inquietud creciente en los ejércitos. Con el nuevo escalafonamiento y la integración definitiva de las dos escalas de oficiales en ciernes, la situación se vuelve cada vez más tensa, enfrentando incluso a los de una escala con los de la otra. La semana pasada acababa el primer curso de adaptación con denuncias y quejas. Pero mientras los integrantes de la escala de oficiales se soliviantan contra el curso, los de la superior lo hacen contra el nuevo escalafonamiento provisional, hasta el punto de que se plantean recurrirla judicialmente si llega a ser definitiva. Entre casos particulares de oficiales superiores que pierden más de veinte puestos en el escalafón al integrarse las dos escalas, y otros que pierden treinta, la situación de esta escala tampoco es mejor que la de sus compañeros de la de oficiales. Ahora, el problema que plantean los de la superior es una realidad dramática. El veinte por ciento de los capitanes de esta escala no ascenderán nunca a comandante, un paso que tenían asegurado antes de que se creara la Ley de la Carrera Militar. Estos capitanes, de entre 25 y 27 años, serán superados por sus compañeros de la escala de oficiales y ven así cómo, por mor de la integración, su futuro se queda en las tres estrellas de seis puntas hasta su jubilación, lo que provoca no sólo la frustración correspondiente, sino también el envejecimiento medio de un empleo fundamental en los ejércitos. De esta circunstancia advirtió el miércoles la portavoz popular en materia de Defensa, Beatriz Rodríguez-Salmones, a la ministra, durante la discusión que mantuvieron a raíz de una pregunta del PP sobre la Ley de la Carrera. Chacón aseguró que se subsanarán de modo consensuado los errores que haya producido la norma. A este bloqueo de la quinta parte de los capitanes de la escala superior contribuyen también las nuevas plantillas reglamentarias de oficiales generales, oficiales y suboficiales que aprobó el Gobierno el pasado 5 de junio. La reducción de puestos prevista por la Ley de la Carrera Militar y el nuevo modelo piramidal de Fuerzas Armadas (menos oficiales en la cúspide y un incremento de suboficiales, tenientes y capitanes en la base), provoca un estancamiento en la proyección de futuro de muchos de ellos, dado el «tapón» que origina la imposibilidad de acceder a un puesto superior dado que éstos se reducen. Tal y como señala el portal en internet «Atenea», los oficiales procedentes de las academias generales de los ejércitos y la Armada tenían prácticamente asegurado alcanzar el empleo de coronel o capitán de navío en el caso de los marinos. Ahora, casi el cincuenta por ciento no llegará a esa meta. La pelea de unos y otros contra la Ley de la Carrera Militar continúa, pero la división de las escalas también, a la espera de que desde el Ministerio de Defensa les aporten soluciones.Tres problemas:1/ FrustraciónLa nueva Ley frustrará las expectativas que muchos oficiales tenían al ingresar en las Fuerzas Armadas. Un cincuenta por ciento no alcanzará el «prometido» empleo de coronel.2/ EnfrentamientoLa aplicación de la norma y la defensa de los intereses de cada escala por parte de sus integrantes está llevando a la preocupante división y enfrentamiento entre los oficiales.3/ RecursosLos oficiales superiores están dispuestos a recurrir a la Justicia para frenar el nuevo escalafonamiento, ante la pérdida de puestos de muchos de sus integrantes.