Saad Hariri descarta un Gobierno de unidad nacional con Hizbulá

Varios analistas apuntan que la victoria de la coalición antisiria es una prueba del éxito de la nueva política exterior estadounidense en la región. «Los comicios libaneses han sido un test para poner a prueba el éxito de los esfuerzos del presidente Obama para lograr la paz en Oriente Medio», aseguró a LA RAZÓN Bassam Lahud, politólogo de la Universidad Americana de Beirut (AUB). De haberse impuesto el bloque prosirio -las Fuerzas del 8 de Marzo- continuó Lahud, se le habría otorgado más influencia a sus aliados Siria e Irán. «La victoria de Hizbulá podría haber llevado al aislamiento internacional del Líbano y a nuevos enfrentamientos con Israel que provocarían más inestabilidad en la región», advirtió. Sin embargo, el nuevo Gobierno que ha salido de estas elecciones legislativas permanecerá igual que el anterior, que estuvo marcado por la crisis política y el bloqueo institucional durante casi dos años. La opción de formar un gobierno de unidad nacional, como reclama el presidente libanés, Michel Sleiman, no parece estar en la mente de los grupos políticos rivales. El nuevo Parlamento estará compuesto por un total de 128 escaños, que ocuparán 71 diputados del 14 de Marzo y 57 del bloque liderado por Hizbulá, una representación minoritaria que ha perdido el derecho a veto. El ganador de estas elecciones, el sunita Saad Hariri, hijo del ex primer ministro asesinado Rafic Hariri, deberá ocupar la jefatura de Gobierno. Durante la campaña electoral advirtió a sus rivales de que si perdía las elecciones no iba a aceptar un gobierno con Hizbulá y sus aliados, por lo que pasaría a la oposición. Ahora sus palabras se han vuelto contra él, porque la opositora Corriente Patriótica Libre, del general Michel Aoún, ha dicho que no aceptará la candidatura de Hariri a primer ministro. «Estamos contentos con los resultados; nuestra coalición parlamentaria -Cambio y Reforma- ha obtenido 28 escaños, siete más que en 2005», indicó a este periódico Michel Chadarev, portavoz de Aoún. «No vamos a aceptar que Hariri, un joven sin experiencia política, sea primer ministro sólo porque lo fue su padre, estamos en contra de la herencia política», agregó. Chadarev insistió en que Aoún boicoteará la elección de Hariri y advirtió de que sólo aceptarán un candidato «elegido por consenso». Tras dos años de crisis política, que estuvo a punto de desembocar en otra guerra civil, los resultados electorales no parece que vayan a traer estabilidad.