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¿Por qué la reforma de las pensiones subleva a los franceses?

El profesor de Política francesa de la University College of London Philippe Marlière explica LA RAZÓN cuáles son los fundamentos de la contestación social en Francia, cuáles son las repercusiones, y si esta disputa podría llegar a acabar con el Gobierno de Macron.

National strike in France
Estudiantes protestan contra la reforma de pensiones este miércoles en ParísIAN LANGSDONEFE

¿Por qué la reforma del sistema de pensiones ha provocado una reacción tan violenta en el pueblo francés?

El pueblo francés no esta en contra de reformar su sistema de pensiones -que a todas luces parece necesario-, está en contra de la reforma que quiere emprender Macron. Las consecuencias negativas de reducir a un solo régimen de pensiones los 42 existentes son evidentes. La gente se retirará más tarde y los contribuyentes tendrán que aportar más dinero y -sin embargo- las prestaciones serán menores. Obviamente, la mayoría de franceses no está particularmente contento con el cambio.

Por otra parte, no parece que las pensiones actuales sean demasiado generosas, como muchos han dicho. La realidad es que son muchos los franceses que se retiran con más de 30 años cotizados, y cobrando unas pensiones muy discretas.

El significado de las pensiones en Francia es muy potente. Se identifica como una parte fundamental del codiciado estado del bienestar que han conseguido después de décadas de lucha. Trabajar durante gran parte de la vida merece un retiro en las mejores condiciones posibles, y no es de recibo retirarse tarde y en unas condiciones que no garanticen la suficiente tranquilidad.

¿Era realmente necesario una reforma de las pensiones en este momento?

Sin duda. El sistema de pensiones actual es insostenible, pero no se puede pretender reformarlo poniendo toda la carga sobre las clases medias y trabajadoras. No parece que Macron haya elegido una reforma justa, cargando la peor parte sobre los que menos dinero tienen. Eso es lo que está llevando a los franceses a la calle.

En 1995, bajo la presidencia de Jacques Chirarc, hubo una propuesta de reforma de pensiones que finalmente tuvo que ser retirada por la fuerte contestación social. El primer ministro, Alain Juppé, se vio obligado, no solo a retirar la ley, sino a convocar unas nuevas elecciones que le costaron el cargo. Esto da una idea de lo sensible que es este tema en la sociedad francesa.

El Gobierno ha anunciado que está abierto a una negociación, ¿qué aspectos de la reforma podría estar dispuesto a cambiar?

La reforma ha llevado a la gente -tanto del sector público como del privado- a las calles de manera masiva en toda Francia. La clave de una hipotética negociación está en el nivel de éxito de las movilizaciones y por el daño causado por las huelgas.

Si nos atenemos al éxito de las movilizaciones visto hasta ahora, parece claro que Macron no tendrá más remedio que negociar. Aunque aún no se conoce en profundidad cuál será el esquema de la reforma. Macron sabe perfectamente que ha tocado un tema muy sensible para la sociedad, por lo que sus propuestas se tendrán que dar a conocer de una manera muy sigilosa. Desde su propio partido, “República en Marcha”, son muchos los que se posicionan contra de la reforma, porque la consideran muy arriesgada. La popularidad de Macron ya viene bastante tocada, y sabe que las pensiones es -probablemente- el asunto político más delicado en Francia. Es como atravesar un campo de minas, nunca se sabe cuando va a explotar.

¿Los chalecos amarillos llevan la voz cantante en las movilizaciones?

En realidad, los chalecos amarillos suponen una facción bastante pequeña de la población y, aunque su éxito y su visibilidad son incuestionables, no está muy claro cuál es su nivel de popularidad entre los franceses. Son las voces de la gente trabajadora y de la gente que arrastra dificultades para llegar a fin de mes, pero no representan a la mayoría. Por otra parte, la movilización que se están viviendo estos días es mucho más amplia y transversal. Afecta a todos los estratos de la sociedad: enfermeras, maestros, abogados, autónomos agricultores, etc. Este movimiento arrastra a millones de personas, frente a los miles que consiguieron movilizar los chalecos amarillos. Y por lo tanto, son mucho más peligrosas para Macron.

¿Qué puede pasar en los próximos días? ¿se mantendrán las huelgas y las movilizaciones en la calle?

A la luz del éxito de la huelgas de estos días, es muy probable que los sindicatos convoquen más paros y movilizaciones próximamente. Por otra parte, los sindicatos son muy cuidadosos con las convocatorias de huelga. Son conscientes de que estar en huelga significa no percibir salario, muy perjudicial para las clases bajas. Por lo tanto, intentarán modularlas en el tiempo. Aunque algunos sectores, como los bomberos, ya han ocupado la Plaza de la República en París, es muy probable que otros sectores sigan el ejemplo y saquen su gente a las calles, ocupando otras zonas estratégicas de París. El clima de huelga podría prolongarse durante mucho tiempo.

¿Es posible que Macron se vea en la obligación de dimitir?

El anterior intento de reforma de las pensiones le costó el cargo al primer ministro Alain Jupée. Y, aunque no parece que esa vaya a ser la consecuencia para Macron, su reputación se verá enormemente dañada, pase lo que pase. Si retira la reforma, su imagen quedará muy tocada por no haber cumplido con lo que prometió en su programa electoral. y si -por el contrario- la reforma sale adelante, proyectará la imagen de que es un presidente autoritario y arrogante, que da la espalda a los problemas de su pueblo.