Alemania

Merkel: un final de mandato rodeado de amenazas

La canciller iguala a Konrad Adenauer con 5.143 días al frente del Gobierno. Mientras, la Gran Coalición se hunde en las encuestas y el adelanto electoral cobra fuerza

La gerente del restaurante Angelika Meixner coloca un retrato de la nueva canciller alemana, Angela Merkel, junto a fotos de sus predecesores en una pared en el restaurante 'Kanzlereck'
La gerente del restaurante Angelika Meixner coloca un retrato de la nueva canciller alemana, Angela Merkel, junto a fotos de sus predecesores en una pared en el restaurante 'Kanzlereck'ARND WIEGMANNREUTERS

Angela Merkel igualó ayer en el cargo al primer canciller de la Alemania federal tras la Segunda Guerra mundial, Konrad Adenauer, de su mismo partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU). El 22 de noviembre de 2005 fue elegida canciller, por lo que cumplió ya 5.143 días al mando del país. Eso sí, todo parece apuntar a que no será la gobernante que lleve más tiempo en el poder de la historia reciente alemana, ya que su colega de partido y tutor político Helmut Kohl estuvo incluso 16 años en el sillón (726 días más) y ella ya anunció en octubre del año pasado que no se volverá a presentar como candidata a las elecciones de octubre de 2021.

Además, esa fecha podría adelantarse. Merkel da señales de agotamiento y el futuro de la Gran Coalición está plagado de nubarrones de crisis internas, afectado también por la aparición del partido ultranacionalista Alternativa por Alemania, que conseguía el tercer puesto en las pasadas elecciones, y el auge de Los Verdes. Las últimas apariciones de Merkel han estado marcadas por el deterioro de su salud, con ataques de temblores sobre los que no ha querido informar de más detalles. Se marchará y no hay herederos ni liderazgos claros. Su sucesora, Annegret Kramp-Karrenbauer, era una desconocida para los alemanes y su popularidad deja mucho que desear: una reciente encuesta del diario «Tagesspiegel» aseguraba que solo un 9% de los alemanes la consideran la persona adecuada al frente de la CDU.

En el Partido Socialdemócrata (SPD) tampoco hay caras conocidas y carismáticas. Los nuevos jefes, recién elegidos en el congreso del partido, son, además, críticos de la Gran Coalición, cuya popularidad decae: la última encuesta aseguraba ayer que solo el 42% de los alemanes desea que continúe. Ante esta realidad, los rumores de un adelanto electoral, cada vez más insistentes, cobran verosimilitud, lo que acortaría uno de los «reinados» europeos más intensos de las últimas décadas. El sondeo daba un 27% de apoyo a la CDU y su socio la CSU bávara y un 15% al SPD, solo un punto más que AfD (14%) y a seis de Los Verdes (20%).

La retirada de Merkel debido a cuestiones personales y a su salud, que ha quedado en entredicho en varias ocasiones, deja un país dividido y sumido en problemas globales como el cambio climático y domésticos como la crisis del sector automovilístico y el auge de la extrema derecha, con la que su partido se niega hasta ahora a pactar. Los 14 años de Gobierno han dado para mucho y han demostrado que se toma en serio la «C» de su partido: sus valores cristianos la llevaron a admitir por un lado en 2015 la entrada de cientos de miles de refugiados a pesar de la oposición externa e interna, y dos años después votaba en el Parlamento contra el matrimonio homosexual, que era aprobado –a pesar de su partido– mucho después que en otras democracias europeas.

Angela Dorothea Kasner, su nombre de soltera, sería la primera y única mujer nacida en la Alemania del este que gobernaría el país tras la reunificación. Un liderazgo que debe a su excelente formación: militante de las juventudes comunistas (FDJ), Merkel se licenció en Física en la RDA y se doctoró con una tesis en química cuántica. Tras la reunificación, se divorciaba y comenzaría su carrera como portavoz del Gobierno de Lothar de Maiziére. Poco después pasaría a ser ministra para la Mujer y la Juventud de Kohl. A continuación lo sería de Medio Ambiente y Seguridad Nuclear.

Tras el escándalo de financiación de la CDU que perjudicó seriamente la imagen de Helmut Kohl, Merkel se haría con la presidencia del partido y sería la candidata que ganaría por muy poco margen las elecciones de 2005 al SPD. Durante su primer mandato gobernó en coalición con la oposición del SPD en una Gran Coalición. Entre 2009 y 2013 sin embargo, la subida de los liberales del FDP le permitió pactar con ellos un Gobierno con ellos que no tendría continuación a causa de la crisis de la eurozona y del rescate a los bancos alemanes. La imagen del neoliberalismo se vería afectada hasta hoy, por lo que Merkel volvió a tocar la puerta de los socialdemócratas, que la abrieron, quedando en evidencia ante un electorado que no le ha perdonado dicha alianza y que en 2017 bajaron a mínimos históricos.