Argentina

El estatuto de Refugiado atará a Evo Morales a Argentina

La profesora e investigadora sobre política latinoamericana Constanza Mazzina explica a LA RAZÓN la situación legal del ex presidente boliviano

Rueda de prensa del expresidente de Bolivia Evo Morales en Buenos Aires
El ex presidente de Bolivia Evo Morales durante una rueda de prensa en Buenos Aires.Juan_Ignacio_RoncoroniEFE

¿Están justificados los cargos por sedición y terrorismo por los que la Fiscalía boliviana acusa al ex presidente Evo Morales?

Me parece que la decisión de la Fiscalía es un contraataque a la petición de Evo Morales de acogerse al estatuto de refugiado: si Argentina te da el estatuto de refugiado bien, pero tienes que quedarte en Argentina, porque si sales del país tienes una petición de captura. Si son justas o no, es algo que se tiene que probar. La acusación se sustenta sobre unas grabaciones que todavía no han sido revisadas por un perito independiente. Lo que sí que creo es que el ex dignatario boliviano ha rechazado sistemáticamente cumplir con la Constitución: En 2016 llamó a un referéndum y desconoció el resultado al presentarse a las elecciones; y en las primarias de las presidenciales perpetró un fraude electoral, como demostró el informe de la OEA, donde se señalaba que se produjeron irregularidades dolosas, es decir, fraudulentas.

Evo Morales ha tratado de quedarse en el poder “a cualquier precio”. Es algo endémico en los movimientos de la izquierda latinoamericana: si tienen los apoyos necesarios para llegar al poder mediante elecciones, establecen elecciones indefinidas. Pero, una vez que no consiguen los apoyos necesarios, lo hacen de una forma más fraudulenta (como es el caso de Maduro en Venezuela por ejemplo). Este comportamiento es lo que los politólogos llamamos “autoritarismo competitivo”. Son Gobiernos que llegan al poder a través de unas elecciones limpias y -más o menos- democráticas, y a medida que se van “enquistando” en el poder, estas elecciones son cada vez menos libres, menos limpias y menos democráticas. Por eso, me parece que la estrategia del ex presidente boliviano ha sido la de construir un relato en torno al tema del golpe de Estado para poder volver en el futuro próximo. Todas las voces que tratan de victimizar a Evo Morales están obedeciendo a esa estrategia, que -esencialmente- se basa en generar un caos tan insostenible que la gente termine por reclamar su vuelta y poder regresar como el “salvador”. Y el hecho de que se “pasee” por los países “amigos” también tiene que ver con la construcción de un enorme relato sobre la “Patria Grande” y sobre la unidad de la izquierda latinoamericana.

¿El discurso del Ejecutivo boliviano se está metiendo en el terreno del Poder Judicial?

Eso es así en América Latina. Los poderes judiciales están altamente politizados y condicionados por la política del Ejecutivo. Es algo que no sorprende. Los presidentes tienen un enorme poder a la hora de formar las cortes supremas. Con lo cual, independencia no hay ninguna.

¿La celebración de unas elecciones en Bolivia puede acabar con el clima de división del país?, o ¿la campaña podría conseguir lo contrario?

Las elecciones -seguramente- podrían llegar a “calmar las aguas”. Pero también debemos recordar que cuando llegó a Argentina, lo primero que se le pidió a Morales es que no hiciese declaraciones políticas (el refugiado es una figura -por definición- apolítica) y, ¿qué es lo primero que hace Morales? Hacer declaraciones políticas y reunirse con los líderes del Movimiento al Socialismo (MAS) de la comunidad boliviana en Argentina (qué es muy grande) para dar inicio así a su campaña. No parece que Evo Morales esté por la labor de calmar la situación.

¿Es legítima la petición de Evo Morales a Argentina de acogerse al estatus de refugiado?

Argentina suscribe al Estatuto de Refugiados de Naciones Unidas, pero además hay un tratado de extradición entre Argentina y Bolivia. Y según ese tratado, hay un artículo que impide extraditar a Evo Morales si es considerado refugiado político. Y ése es -precisamente- el motivo por el que pidió acogerse a esa denominación a su llegada a Argentina, algo que no sucedió cuando viajó a México (donde pidió el estatuto de asilado). Hay una clara intencionalidad política al acogerse a ese Estatuto de los Refugiados: tratan de ajustar la regla porque les sirve. Éste es otro aspecto de la izquierda latinoamericana. Juegan según las reglas cuando estas sirven a sus propósitos, Pero cuando dejan de respaldarles, simplemente empiezan a violarlas.

¿La decisión de la Fiscalía boliviana y la presencia de Morales en Argentina pueden afectar a Alberto Fernández y a su credibilidad política?

La credibilidad de Alberto Fernández no se va a ver resentida. Hay muchos problemas en Argentina como para que esto afecte al dignatario. Alberto Fernández presentó una “mega ley” que se está debatiendo estos días en el Congreso. Esta ley le daría poderes legislativos al presidente. Es decir, permitiría quitarle trabajo al Congreso y que todas las decisiones saliesen -directamente- del Ejecutivo. Con lo cual, la orden de detención de la Fiscalía boliviana ha pasado completamente desapercibida. Pero, si bien no ha sido muy trascendente en la política nacional, sí que puede serlo en la política exterior. Alberto Fernández volvió a reunir a su “club de amigos” del Grupo de Puebla, del que pretende erigirse como su líder. Lo que pasa con el Grupo Puebla es que cada vez está más desgastado. Cada vez tiene menos recursos y menos credibilidad. Una cosa era el socialismo del siglo XXI con el “boom” del petróleo; y otra es hoy, que -esencialmente- son “populistas sin plata”.