China
La cuestión coreana en la cumbre trilateral
Análisis de las conclusiones de la reunión entre los líderes de China, Corea del Sur y Japón
La reunión trilateral entre China, Corea del Sur y Japón ha dejado bastantes titulares. Los líderes de estas tres potencias asiáticas se han reunido en Chengdu para tratar los principales retos a los que se enfrentan. Entrevistamos a Daniel Sneider, profesor de Estudios de Asia del Este en la Universidad de Stanford para conocer las conclusiones de esta cumbre. Sneider no ha creído nunca en el compromiso real, por parte de Corea del Norte, en su desnuclearización.
Una de las conclusiones de la reunión a tres celebrada en Pekín es que Corea del Sur asegura que el momentum para las negociaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte «es más importante que nada». ¿Puede ayudar China en esta tarea?
Creo que en este punto el principal papel que probablemente está jugando China es urgir a los norcoreanos a que no lleven a cabo un ensayo misilístico o mucho peor, una prueba con ojivas nucleares, lo que significaría que todas las esperanzas para la negociación, colapsarían prácticamente. Pienso que China estaría contenta solo con mantener el «statu quo» actual, incluso si no se producen más negociaciones. Algo que creo que también es cierto para el Gobierno surcoreano.
Veremos qué pasa. Estos procedimientos puede que también le sirvan. Kim Jong Un ya está consiguiendo mucho de lo que quería, como el alivio de las sanciones por parte tanto de China como de Rusia. Además, como resultado de las conversaciones entre el presidente surcoreano, Moon Jae In, y su homólogo chino, Xi Jinping, el mandatario surcoreano ha informado sobre la idea del alivio de las sanciones. Eso es lo que quiere Corea del Norte, puede que no lo logren por parte de EE UU. Pero EE UU es un actor importante en todo esto. La verdadera cuestión es que no puedes controlar la ONU sin el voto de EE UU, pero de facto ya están socavando estas sanciones.
¿Se resolverá la crisis en la península Coreana con diálogo y consultas?
De hecho, creo que ya hemos acabado con esto. Nunca me he creído que Corea del Norte realmente se quisieran comprometer de verdad en negociar la desnuclearización. El último año, año y medio, lo ha demostrado. Se han dado bastantes oportunidades. El presidente de EE UU, Donald Trump, estaba dispuesto a hacer prácticamente cualquier cosa para lograr algo que pudiera clamar como una victoria. Cuando se confrontaron con pasos mínimos de cara a la desnuclearización, no quisieron tomarlos. Ellos quieren que se levanten las sanciones, pero también quieren ser reconocidos como un estado con armas nucleares. No creo que EE UU deba hacerlo. Por ello, se han cancelado las negociaciones. Por lo que ahora debemos pensar en términos de disuasión. Un largo y lento proceso, que si no es de contención, por lo menos mantenga algún tipo de presión sobre Corea del Norte. Desde luego no hay que premiarlos por ser nucleares. Pues una vez se hace eso, Irán puede mirar al mismo proceso y concluir que es mejor ir por el mismo camino. Y se abriría un proceso peligroso. Japón también podría decidir ser una potencia nuclear... Ya estamos en una situación muy peligrosa, y sería mucho peor.
Los líderes de Corea del Sur y Japón se reunieron por primera vez en más de un año e hicieron hincapié en que aún necesitaban mejorar sus relaciones después del peor periodo de tensiones entre ambos países en décadas. ¿A qué se deben estas tiranteces al nacionalismo, a la historia?
Está basado en una larga historia de antagonismo y rivalidad. Japón invadió Corea por primera vez en el siglo XVIII. No es nuevo. Corea fue una colonia que fue ocupada e invadida por Japón en el siglo pasado. Ese legado histórico es aún muy poderoso y sin duda alimenta un nacionalismo coreano. Por otro lado, tenemos en Japón a un gobierno bastante nacionalista y conservador que no cree en que tengan que hacer algo más para lidiar con los asuntos de la justicia histórica, tales como compensar a los esclavos durante la guerra. Creo que los españoles sabéis muy bien que la historia no desaparece, permanece. Incluso cuando la gente que lo experimentó ya no está viva. Se trata de asuntos de identidad, que son muy profundos. Esta es la línea destacada, pero el deterioro de las relaciones en el último año es realmente el resultado de, en primer lugar, de las decisiones hechas por el Gobierno surcoreano, que es de izquierdas y nunca ha aceptado los pasos que se tomaron para llevar a cabo algún tipo de reconciliación con Japón. En Corea del Sur son muy nacionalistas, siempre lo han sido. En Japón, el Gobierno ha cometido algunos errores también con actos que pueden considerarse muy provocativos, como el control de las exportaciones en Corea del Sur. Aunque sí que veo algunos pequeños signos de progreso. Hay movimientos de cara a la negociación, a rebajar las tensiones. Probablemente no lo resolverán del todo, pero sí que pueden estabilizar la situación por un tiempo. Hay elecciones parlamentarias en Corea del Sur en abril y al partido de Moon le gusta jugar la carta antinipona. También existe la posibilidad de que a ambos lados podrían tomar pasos para escalar la tensión entre las elecciones y los Juegos Olímpicos de Tokio. Por lo menos ha vuelto el diálogo. Aunque nunca desaparecerá, es parte de la historia y la identidad, pero se puede gestionar.
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