Kim Jong-un

A la espera del «regalo navideño» de Kim Jong Un

EE UU redobla la vigilancia sobre Corea a la espera de un nuevo test nuclear El próximo día 31 acaba el plazo dado por Pyongyang a Trump para retomar el diálogo

North Korean Workers' Party meeting in Pyongyang
El dictador Kim Jong Un-/KCNA/dpa-/KCNA/dpa

Corea del Norte amenazó con un «regalo» a EE UU si no se producen avances en las negociaciones sobre el arsenal nuclear del país asiático. «Quizás sea un buen regalo», bromeó el presidente Trump con los periodistas en Mar-a-Lago, minutos antes de arrancar la videoconferencia con las tropas desplegadas en el extranjero.

«A lo mejor me envía un hermoso jarrón, en vez de una prueba de misiles», añadió. Pero en Washington se toman muy en serio la amenaza y la Casa Blanca ha ordenado redoblar la vigilancia aérea sobre Corea. Nuevos efectivos militares han sido movilizados en previsión de una nueva prueba nuclear o de otro misil de largo alcance.

Pyongyang, entre tanto, marcó el fin de año como límite para que Washington mueva ficha. La supuesta química entre el dictador Kim Jong Un y Trump permanece congelada desde el fracaso de la cumbre en Hanoi, hace ya casi un año. Corea del Norte exige el levantamiento de las sanciones. Washington responde que eso no sucederá en tanto Pionyang no acceda a desmantelar su arsenal nuclear.

Los analistas que mejor conocen el país asiático, como el escritor Bradley K. Martin, avisan de las intenciones de Kim Jong Un: el dictador habría concluido que 2020, con Trump en pleno proceso electoral y necesitado de golpes de efecto, podría ser el año en el que logre sacudirse la presión militar de EE UU. Con el solo objetivo de culminar su gran sueño, el dominio de la península coreana y la conquista del sur.

Y John Bolton, ex consejero de Seguridad Nacional, advierte desde las páginas de «Axios» de las fallas de la política estadounidense con relación a Corea del Norte. Para el político, en tres años de Administración Trump no se ha logrado ningún avance, nadie ha demostrado a Pionyang que EE UU no tolerará más provocaciones y, entre tanto, crece la amenaza que supone un Estado gamberro con bombas nucleares. «El riesgo para las fuerzas estadounidenses y nuestros aliados es inminente», sentenció Bolton.