EE UU

Trump revela su estrategia legal ante el “impeachment” en el Senado

Los abogados del presidente de EE UU exigen cerrar el caso porque los delitos imputados son «constitucionalmente deficientes»

El presidente de EE UU, Donald Trump, presume de la unidad y fortaleza del Partido Republicano/Reuters
El presidente de EE UU, Donald Trump, presume de la unidad y fortaleza del Partido Republicano/ReutersKEVIN LAMARQUEREUTERS

Arranca el «impeachment» en la Cámara Alta y los senadores están llamados para acordar las reglas que marcarán el juicio político. Como entremés a lo que viene y anticipo de las tácticas de unos y otros, el equipo de defensa de Donald Trump ha anticipado ya sus primeros movimientos. El más llamativo, sin duda, pasa por argumentar que nunca hubo motivos para justificar el proceso de destitución. No tanto porque Trump no llamara por teléfono al presidente de Ucrania, no porque no le insinuara que consideraría un favor casi personal que la Fiscalía ucraniana indagara en las actividades económicas del hijo de Joe Biden, sino porque, sostiene, el posible abuso de poder no es un delito. Esto es, porque la llamada y su contenido difícilmente podrían provocar la apertura de un juicio.

Por más que el viernes y desde la Oficina para el Control del Gobierno, un organismo público encargado de auditar el comportamiento de las instituciones, se asegurara que «el presidente Trump sabía exactamente lo que ocurría» cuando congeló la ayuda económica y militar a Ucrania y, en consecuencia, habría violado la ley. Que los abogados del presidente apostarán a la carta de la ausencia de delito sobresale de la lectura de los papeles enviados en las últimas horas al Senado y, sobre todo, de las palabras del profesor Alan Dershowitz, miembro del equipo legal de Trump. Entrevistado por la CNN, Dershowitz, emérito en la prestigiosa Facultad de Derecho de Harvard, aseguró que la clave está nada menos que en los argumentos que el juez Benjamin Curtis esgrimió durante el proceso de «impeachment» en 1868 al presidente Andrew Johnson.

El político republicano, que anteriormente fue vicepresidente con Abraham Lincoln y acabó siendo absuelto en su proceso de «impeachment», contó entonces con la opinión favorable de un Curtis convencido, según Dershowitz, de que «se requiere una conducta criminal». «Hay muchas evidencias», dijo, «pruebas que pueden interpretarse en sentidos antagónicos. Pero se ha votado para acusar de abuso de poder, que es algo que no está dentro de los criterios constitucionales para acusar por obstrucción de la justicia».

Su criterio coincide con el del profesor de Derecho Constitucional de la Universidad George Washington Jonathan Turley, que ante el Comité Judicial del Congreso mostró su preocupación de que hayan sido reducidos los estándares para activar el «impeachment», ajustados a «la escasez de evidencias y la sobreabundancia de ira». Todo lo contrario, por ejemplo, que otra de las expertas consultadas, la profesora de Stanford Pamela Karlan, convencida de que Trump «violó su juramento de hacer ejecutar las leyes para proteger y defender la Constitución».

Ajeno a todo, blindado por la seguridad que otorga la mayoría parlamentaria de los republicanos en el Senado, el protagonista, es decir, Donald Trump, ha sentenciado que nunca como ahora el Partido Republicano ha estado «tan fuerte y unido».