Desescalada

Brasil tratará con hidroxicloroquina a todos los contagiados de coronavirus

El Gobierno de Bolsonaro aprueba su uso un día después de que tres asociaciones médicas brasileñas lo desaconsejaran

Brasil ya es tercer país más afectado por COVID-19 y espera su pico en julio
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (2d), sale del Palacio do Alvorada este miércoles, en Brasilia (Brasil). Brasil, el tercer país con más casos de COVID-19 en el mundo, superó ayer por primera vez la barrera de las mil muertes diarias de coronavirusJoédson AlvesEFE

El Ministerio de Salud de Brasil ha publicado este miércoles un nuevo protocolo sobre el tratamiento para los pacientes con COVID-19 que extiende el uso de cloroquina e hidroxicloroquina, dos medicinas aún sin eficacia demostrada, no solo a los enfermos graves, sino a los menos graves y que están con los primeros síntomas.

La modificación del protocolo venía siendo defendida desde la semana pasada por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y provocó la renuncia el viernes del ministro de Salud, Nelson Teich, quien divergía con el líder ultraderechista sobre las estrategias para combate al COVID-19 en Brasil, el tercer país con mayor número de casos en el mundo. También se produce tras la polémica suscitada por el presidente de EE UU, Donald Trump -gran amigo de Bolsonaro- al reconocer que se medica con hidroxicloroquina.

Pese a que la eficacia de los dos antipalúdicos aún no ha sido demostrada científicamente y a que tienen graves efectos colaterales, como problemas mentales y arritmia cardíaca, el mandatario brasileño presionaba para que su uso fuera extendido a todos los pacientes y no sólo a los que se encuentran en estado grave.

El protocolo revocado preveía el uso de cloroquina tan sólo en pacientes graves y críticos, ya ingresados en unidades de cuidados intensivos, y sometidos a observación médica en hospitales, lo que permitía suspender el tratamiento si presentan arritmia cardíaca.

La responsabilidad es del médico y del paciente

El nuevo, pese a admitir que las medicinas no tienen eficacia comprobada, incluye “orientaciones” para suministrarlo a los pacientes en todos los niveles de la enfermedad, incluso a los que no están graves. El documento prevé el uso de cloroquina combinado con azitromicina, en dosis diferentes según el avance del tratamiento y el estado del paciente, desde que sea autorizado por un médico y tras el análisis de los exámenes.

“Pese a ser medicinas usadas en diversos protocolos y de poseer actividad contra el coronavirus demostrada en laboratorio, aún no hay estudios clínicos más completos y multicéntricos que comprueben el beneficio inequívoco de estas medicinas para tratar el COVID-19”, reconoce el protocolo. De esa forma, agrega, “su prescripción queda al criterio del médico” desde que el paciente, necesariamente, declara su voluntad de recibirlo.

De acuerdo con el documento, el paciente tiene que firmar un término de consentimiento en el que admite tener conocimiento que las medicinas pueden causar efectos colaterales “como reducción de glóbulos blancos, disfunción del hígado, disfunción cardíaca y arritmias, y alteraciones visuales por daños en la retina”.

El nuevo protocolo fue publicado un día después de que la Asociación de Medicina Intensiva Brasileña, la Sociedad Brasileña de Infectología y la Sociedad Brasileña de Neumología desaconsejaran el uso de la cloroquina. Según un informe elaborado por 27 especialistas de las tres entidades, las evidencias sobre la eficacia de la cloroquina y sus derivados para tratar el COVID-19 son “débiles” y la medicina, en cambio, tiene graves efectos colaterales, como arritmia cardíaca.

Según denunció el exministro de Salud Luis Henrique Mandetta, la insistencia de Bolsonaro en forzar el uso de cloroquina para tratar a todos los pacientes puede provocar muchas muertes porque se trata de una medicina con graves efectos colaterales.

“Comenzamos a experimentarla con pacientes graves que ya están en los hospitales. Por lo que sé de esos estudios, que aún no concluyeron, el 33% de los pacientes tuvo que suspender el uso de cloroquina porque presentaron arritmia, algo que puede generar un paro (cardíaco)”, afirmó.

Récord de contagios

Brasil, que desde el lunes ya es el tercer país con más casos de COVID-19 en el mundo, registró ayer un récord diario de 1.179 muertes -que por primera vez superaron el listón del millar-, lo que elevó el número de víctimas hasta 17.971 en dos meses.

El gigante latinoamericano suma 271.628 contagios, lo que lo convierte en el tercer más afectado en el mundo, después de Estados Unidos y Rusia. Pero la previsión es que Brasil ascienda en pocos días al segundo lugar ya que las cifras tienden a subir en el país, con 210 millones de habitantes, graves desigualdades y un sistema de salud con carencias, mientras que en la mayoría de los países europeos las curvas ya son descendentes.

Sao Paulo y Río de Janeiro han registrado su mayor número de decesos en 24 horas. El estado paulista ha confirmado 324 y ya ha superado las 5.000 víctimas mortales, mientras que en la región carioca han habido 227 decesos adicionales, elevando la cifra total a más de 3.000. También se ha establecido que el número de contagios en el Amazonas supera los 20.000.