Estados Unidos
¿Puede Trump retrasar las elecciones presidenciales de noviembre?
Estados Unidos nunca ha suspendido su cita con las urnas: Ni durante la Guerra de Secesión ni tampoco durante la Segunda Guerra Mundial
EE UU nunca ha retrasado o suspendido las elecciones presidenciales. No lo hizo durante la Guerra de Secesión, con Abraham Lincoln, ni tampoco durante la Segunda Guerra Mundial, con Franklin Delano Roosevelt. La Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión o las guerras en Corea y Vietnam tampoco propiciaron la suspensión de los comicios a la Casa Blanca.
Y en cualquier caso no se trata de una atribución presidencial. Para empezar la ley obliga a mantener la fecha y ningún presidente podría cambiarla: necesitaría la aprobación del Congreso.Algo altamente dudoso dada la división de las cámaras, con los demócratas al mando del Congreso y los republicanos en el Senado. Pero es que, por si fuera poco, para que el Gobierno pudiera jurar su cargo más allá del 3 de de enero sería imprescindible reformar la Constitución. Básicamente el presidente carece de las atribuciones necesarias.
Pero nada de eso parece importarle a un político que llegó al cargo sin ningún tipo de experiencia ni como servidor público ni en el ejército, el único en la historia de EE UU, y que básicamente proclama que si no es elegido será porque el sistema está averiado en contra.
Asunto distinto son las fórmulas para votar, en especial con el país inmerso en una crisis sanitaria desconocida desde la pandemia de la gripe española. Las elecciones de 2020, programas para el 3 de noviembre, ponen 538 colegios electorales en juego. En total hay 120 millones de electores convocados a las urnas. Lejos de remitir la epidemia crece y la vacuna, de llegar, lo hará tarde.
Entre los epidemiólogos nadie duda del peligro de las grandes concentraciones de personas. En especial en lugares cerrados. La alternativa, entonces, pasaría por potenciar el voto por correo. Justo lo que Trump denuncia. Como escribió a mediados de abril: «Los republicanos deberían de luchar duramente cuando se trata de votar por correo en todo el país. Los demócratas lo reclaman. Tiene tremendo potencial para el fraude electoral, y por alguna razón, no funciona bien para los republicanos».
Aunque nunca nadie ha presentado las pruebas que demuestren el supuesto fraude en el voto por correo, se trata de un estribillo repetido por el actual presidente. Como buen populista Trump ganó en 2016 denunciando el peligro de una estafa electoral y no ha hecho otra cosa que repetirla con distintos ropajes.
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