Hong Kong

Hong Kong aplaza un año las legislativas en plena crisis por el creciente control chino

La jefa del gobierno de la ciudad semiautónoma, Carrie Lam, alude a los riesgos del colapso del sistema de salud por una tercera ola de contagios si se mantiene la convocatoria

Carrie Lam
Una empleada de un restaurante entrega comida para llevar mientras en la televisión se emite el discurso de la líder de Hong Kong, Carrie LamVincent YuAP

La líder de Hong Kong, Carrie Lam, ha invocado poderes de emergencia para posponer un año las elecciones al Consejo Legislativo previstas para el 6 de septiembre, citando los riesgos de salud por un nuevo rebrote de covid-19 como la razón principal. Se trata de un hecho sin precedentes en la historia política de la ciudad desde su traspaso de Reino Unido a China en 1997.

Flanqueada por los ministros de justicia, salud y asuntos constitucionales, la Jefa Ejecutiva aseguró que la decisión era la más difícil que había tomado en los últimos siete meses y que su iniciativa fue respaldada por el Gobierno central.

‘Es la decisión más difícil que he tenido que tomar en los últimos siete meses, pero tenemos que garantizar la seguridad de la gente y que las elecciones se celebren de forma libre y justa’, afirmó la líder local en una rueda de prensa, en la que confirmó que la nueva fecha será el 5 de septiembre de 2021.

Tras la comparecencia, la agencia estatal china Xinhua publicó un comunicado del Ejecutivo central, que confirmaba ese apoyo y señalaba que ahora será el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular quien tome una decisión sobre cómo gestionar el vacío en el parlamento hongkonés. La Ley Básica (la constitución hongkonesa) indica que las legislaturas durarán cuatro años, por lo que la actual finaliza el próximo 30 de septiembre.

Lam justificó el retraso basándose en que la exposición de millones de empleados y votantes - incluyendo ancianos vulnerables- al covid-19 el día de las elecciones, se convertiría en una amenaza que podría desembocar en la saturación del sistema de salud pública de la ciudad. Añadió que algunos residentes permanentes de Hong Kong estaban varados en la China continental y en el extranjero debido a las restricciones de viaje, por lo que les sería “imposible” volver a casa para votar.

La Ejecutiva señaló que las instalaciones destinadas a albergar la estación central de recuento y el centro de medios de comunicación, se han convertido en un centro de tratamiento comunitario a raíz de la gran demanda de camas de hospital público durante el brote. Por ello, sería un gran desafío para el gobierno encontrar un lugar de reemplazo en un corto período de tiempo.

La medida de Lam se produce un día después de que 12 candidatos prodemocráticos fueran descalificados para presentarse a las elecciones, por razones que incluyen la percepción de intenciones subversivas, la oposición a una nueva ley de seguridad nacional y la campaña para ganar una mayoría que bloquea la legislación.

Esta decisión plantea una serie de cuestiones legales, incluyendo si las sesiones del Consejo pueden ser extendidas y por cuánto tiempo, y si los descalificados seguirán actuando como parlamentarios.

El aplazamiento se considera un revés para la oposición pro-democracia, que esperaba aprovechar el desencanto con la actual mayoría pro-Pekín para ganar una mayoría histórica. La realidad es que tan sólo la mitad de los 70 escaños del Consejo Legislativo de Hong Kong son elegidos directamente, pero dado que el órgano tiene el poder de promulgar y revocar leyes, es una de las pocas vías que tienen los residentes para expresar su voluntad política.

La muy esperada votación del 6 de septiembre habría sido la primera desde que Pekín impuso una controvertida ley de seguridad nacional a la antigua colonia británica el mes pasado, que estipulaba que los candidatos que la violaran tendrían prohibido presentarse a las elecciones. Según los críticos, tiene por objeto aplastar las voces disidentes en la ciudad y llevar al territorio semiautónomo por un camino más autoritario.

Antes del anuncio de Lam, una coalición de 22 legisladores emitió una declaración en la que acusaban al Gobierno de utilizar el brote como excusa para retrasar la votación.

Los actuales parlamentarios pro-democracia, que representan el 60% de la opinión pública, se oponen colectivamente al aplazamiento y hacen hincapié en la responsabilidad del gobierno local de hacer todo lo posible por organizar medidas adecuadas contra la epidemia para celebrar elecciones en septiembre”, decía el comunicado, que aseguraba que el retraso equivaldría “a eliminar los cimientos del afianzamiento de Hong Kong como región semiautónoma de China”.

La ciudad de 7,5 millones de habitantes ha visto un aumento exponencial en el número de infecciones de coronavirus locales no rastreables desde el comienzo de este mes. El recuento de casos el viernes era de 3.151 con 27 muertes relacionadas. Por ello, el pasado lunes las autoridades impusieron la más estricta ronda de medidas de distanciamiento social hasta ahora, incluyendo la limitación de las reuniones públicas a dos personas por grupo y la obligatoriedad del uso de máscaras al aire libre.

La excolonia británica está atravesando sin duda su período más turbulento políticamente desde su regreso al gobierno chino, ahogada por más de un año de protestas pro-democracia que han asolado la ciudad, arrestos masivos que han ayudado a estrangular el movimiento a favor de la democracia y la pandemia.