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Catorce acusados y ningún autor material en el “caso Charlie Hebdo”

Trece hombres y una mujer son juzgados como la red de los hermanos Kouachi abatidos. Tres colaboradores permanecen en busca y captura

Miembros de las Fuerzas de Intervención llegan al supermercado judío donde los hermanos Kouachi tomaron rehenes
Miembros de las Fuerzas de Intervención llegan al supermercado judío donde los hermanos Kouachi tomaron reheneslarazon

El Tribunal Penal creado para la ocasión evaluará hasta el 10 de noviembre el rol de 14 personas en esos ataques, de las que diez están detenidas provisionalmente, una en libertad bajo control judicial y tres busca y captura. Ninguno de los autores materiales de los atentados, los hermanos Cherif y Said Kouachi que perpetraron la masacre en «Charlie Hebdo» y su compinche, Amedy Coulibaly, que mató a una policía antes de asaltar el supermercado judío, están vivos.

Los 14 acusados de este macroproceso son los que presuntamente configuraron la red que los respaldó. Trece hombres y una mujer, Hayat Boumeddiene, pareja de Coulibaly, acusados de participar en una organización terrorista criminal y por distintos grados de complicidad, apoyo logístico, financiero o material.

Afrontan penas que van desde la cadena perpetua a condenas de 10 y 20 años de cárcel. Pero ni siquiera están sentados los 14 acusados en el banquillo. Solo se sientan once, ya que Boumeddiene y otros dos procesados, Mehdi y Mohammed Belhoucine, huyeron unos días antes de los atentados hacia Siria.

Los servicios de inteligencia franceses han trabajado con la hipótesis de que los hermanos Belhoucine han muerto, pero este extremo sigue sin ser confirmado. La primavera pasada, otra yihadista retornada a Francia aseguró haber visto en octubre de 2019 a Boumeddiene en el campo de Al Hol, donde vivía bajo una identidad falsa. Su paradero actual sigue siendo desconocido.

A pesar de no haber apretado el gatillo, los abogados de la acusación civil defienden la importancia de que responda ante la justicia. «No son acusados por sustitución, fueron los que permitieron que los crímenes fueran posibles», afirma Patrick Klugman, que representa a las víctimas del supermercado judío Hyper Cacher.

En el plano penal, los jueces antiterroristas han retenido los cargos más graves –«complicidad» en delitos terroristas, castigado con cadena perpetua– contra el mayor de los hermanos Belhoucine, Mohamed, y contra Ali Riza Polat. Estará presente en el banquillo de los acusados. Este amigo íntimo de Amédy Coulibaly es sospechoso de haber jugado un papel central en los preparativos de los atentados, en particular en el suministro del arsenal utilizado por los atacantes, algo que niega.

Abdelaziz Abbad y Miguel Martínez, que vivían y trabajaban en Charleville-Mézières (Ardenas), de donde son las esposas de los hermanos Kouachi, están acusados de haber buscado armas para Saïd Kouachi. En relación con Ali Riza Polat, se acercaron a Metin Karasular y fueron a su garaje en Charleroi (Bélgica). En este garaje se encontró una lista con los precios de las municiones y detonadores, elaborada por Polat, según un informe pericial. Metin Karasular también compró a Amédy Coulibaly un Mini Cooper registrado a nombre de Hayat Boumeddiene.

Varios viajes entre Francia y Bélgica a finales de 2014 y principios de 2015, según investigadores para el transporte de armas y en los que también habría participado Michel Catino, amigo desde hacía mucho tiempo de Metin Karasular, fueron sacados a la luz por teléfono.

Otro acusado, Willy Prevost, denunció un transporte de armas entre Charleroi y Grigny (Essonne), desde agosto de 2014. Prevost, quien creció junto a Coulibaly en Grigny, fue uno de los primeros sospechosos arrestados tras el descubrimiento de su ADN en el Renault usado por Coulibaly para llegar al Hyper Cache.

Los otros acusados son juzgados principalmente por «asociación criminal terrorista» y podrían ser condenados a hasta 20 años de cárcel. Solo uno comparece libre bajo vigilancia judicial por «asociación delictiva», punible con diez años de prisión.

La ausencia de los hermanos Kouachi y Amédy Coulibaly es un «motivo de frustración», según admite la Fiscalía Nacional Antiterrorista, que ha negado de plano la idea de que los 14 acusados sean «gente sin interés».