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El maestro que ha revolucionado Senegal pidiendo 15 céntimos a sus seguidores de Twitter

Mamadou Diakhaté pidió dinero para arreglar una escuela en Dakar cerrada por la COVID-19. Ahora no da abasto para reparar decenas de colegios

Mamadou Diakhaté
Mamadou DiakhatéMaría RodríguezEFE

Quince céntimos de euro. Es lo que Mamadou Diakhaté pidió a cada uno de sus entonces 15.000 seguidores de Twitter -ahora tiene unos 21.000- para arreglar una escuela en Dakar cerrada por la COVID-19. Su idea ha revolucionado Senegal y ahora no da abasto para reparar decenas de colegios.

Conocido por su activismo en redes sociales como Junior Diakhaté Niintche, este profesor de 34 años decidió hace unos meses empezar a limpiar escuelas públicas de Dakar, que en general iniciarán el nuevo curso en noviembre.

Cerradas desde marzo, en algunas, sin tejado, podía verse el cielo y en otras, las ventanas y las puertas estaban rotas o no cerraban. También faltaba electricidad para los días más oscuros y había colegios sin baños, esenciales para las niñas durante el ciclo menstrual.

“Dije a los chicos: hemos hecho una apreciación, ahora vamos a buscar soluciones. No es suficiente con estar en las redes sociales y decir: no está bien. El Estado no hace nada, así que tenemos que reaccionar”, explica el profesor a Efe en su casa en Dakar.

Diakhaté y su equipo comenzaron en junio por la escuela de su barrio, Gran Dakar, pero el alcalde de esa comuna les dijo que pararan porque, a su juicio, estaban haciendo política.

SIN AMBICIONES POLÍTICAS

"Llamó a la policía y paramos. Él dice que yo hago política y que quiero ocupar su lugar. Yo no tengo ambiciones políticas", explica.

"En Senegal se hace política solo para que la mayoría de los políticos se enriquezcan, para mirar desde arriba a la gente que está abajo. Yo no estoy interesado en eso", dice, "la verdadera política es mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos".

Determinado a seguir, Diahkaté continuó con otra escuela que tenía problemas en los baños, igual que después un instituto y luego otro en el que urgía reparar el tejado en época de lluvias torrenciales.

Seis clases en total, todo un reto. El maestro calculó que necesitaría dos millones de francos CFA (3.049 euros). Pero no se dejó intimidar.

Hice un tuit, pedí a los chicos que aportaran cada uno 100 francos CFA (15 céntimos de euros). Ya está. Algunos dieron más y en una jornada teníamos un tercio del dinero. Y les dije: comenzamos, no vamos a esperar”, cuenta Diakhaté.

Amigos de confianza le ayudan en la recaudación. Para este audaz maestro, la transparencia es "muy importante porque cuando alguien da 100 francos, 50 o 5, merece y tiene derecho a saber dónde va su dinero".

UN “MODELO” QUE HA LLEGADO A CAMERÚN

Cualquiera puede consultarlo. Diakhaté publica las facturas y fotografías del antes y el después, para que todos puedan ver los resultados.

Hasta ahora han arreglado siete escuelas y 42 más les han pedido ayuda por todo el país.

Su método ha sido copiado por otros, que se han puesto manos a la obra en varios barrios de Dakar, pero también en otras zonas de Senegal. El "modelo" ha llegado incluso a Camerún.

"Es extraordinario. Es esa la gran victoria para mí, porque, si otras personas se encargan, automáticamente cambiaremos las cosas. No tenemos que esperar más al Estado. Ni a que los socios externos vengan y pongan el dinero en lo que nuestros hijos usarán para ser los líderes de mañana", declara el profesor.

Diakhaté quiere que la comunidad se implique más en la gestión de los bienes públicos porque los hijos de los políticos “no estudian en esas escuelas públicas, sino en el exterior y centros privados”.

Para él, su labor demuestra, sobre todo a los jóvenes, que las cosas pueden cambiar sin necesidad de proyectos de organizaciones extranjeras que "mueren rápidamente" porque el dinero desaparece y nadie toma la iniciativa cuando éstas se van.

"No estoy del todo en contra, pero sería preferible que esa ayuda que viene del exterior comience primero aquí: hay muchos millonarios y empresas cercanos a las escuelas y las ven morir".

LA EDUCACIÓN, UN ARMA PARA CAMBIAR LA SOCIEDAD

Tanto Diakhaté como los voluntarios que colaboran con él creen que la educación es "lo mejor para tener éxito", como indica a Efe Abdoulaye Aziz Boye, exalumno de 23 años de un instituto reparado.

También representa "la base" de un futuro, según Elimane Mbaye, de 19, otro antiguo estudiante que no ha dudado en colaborar en la "buena iniciativa" del profesor.

“La educación -concluye Diakahté- es la única arma que puede cambiar una sociedad; fue Nelson Mandela quien dijo eso. Cuando se cierran escuelas, se abren prisiones. Nuestros países, que son muy pobres, tienen hoy un solo modo de desarrollarse: la educación. Si funciona, todo funciona; si no, nada lo hará”. EFE