Bolivia

Bolivia gira a la izquierda con Luis Arce

El futuro presidente anuncia un bono contra el hambre y agrava el estatismo

Seguidores del candidato Luis Arce del MAS celebran su victoria en la primera vuelta de las elecciones en Bolivia
Seguidores del candidato Luis Arce del MAS celebran su victoria en la primera vuelta de las elecciones en BoliviaDAVID MERCADOREUTERS

Una vez finalice el lento conteo de votos de las elecciones celebradas el domingo en Bolivia, el candidato del partido de Evo Morales se proclamará nuevo presidente del país andino. Luis Arce, economista de 57 años y exministro de Economía durante el periodo que el líder aymara estuvo en el poder, tiene un perfil opuesto al de su antecesor y enfrentará una situación política y económica más compleja.

Luis Arce nació en La Paz en 1963 en una familia de maestros de escuela y estudió Economía en la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz y en la universidad de Warwick en Reino Unido. De regreso a Bolivia trabajó durante dos décadas como funcionario en el Banco Central a la vez que exponía su doctrina económica en importantes universidades de Estados Unidos como Harvard y Columbia.

A pesar de su desempeño como alto funcionario del estado durante las décadas de los ochenta y noventa, Arce se ha mostrado siempre crítico con las políticas neoliberales implementadas entonces y fue forjando un perfil izquierdista, aunque de carácter pragmático. Luis Arce es un tecnócrata defensor del estatismo, insertado en la clase media urbana, sin el carisma y el predicamento entre las bases de quien será su vicepresidente, David Choquehuanca y por supuesto de Evo Morales, ambos de marcado perfil político, indígenas y forjados como líderes sindicales.

“Vamos a trabajar para todos los bolivianos, vamos a construir un Gobierno de unidad nacional, vamos a construir la unidad de nuestro país”, dijo Arce poco después de que se cerrasen las votaciones, cuando los principales conteos rápidos le daban ya como ganador.

En las primeras pinceladas de lo que será su política Arce ha destacado la recuperación de los beneficios sociales para aliviar una situación económica decadente que se ha agravado con la pandemia. Su primera medida será aprobar un Bono Contra el Hambre, un ingreso mensual para todos los bolivianos sin empleo formal para enfrentar la crisis del coronavirus.

Su éxito electoral se explica en gran parte por su imagen de artífice del “milagro económico boliviano” durante sus casi 14 años al frente del ministerio de Economía y Finanzas en los que elevó el PIB de Bolivia de 9.500 millones de dólares a más de 40.000 y redujo la pobreza del 60% al 37%, aunque según recuerdan sus críticos, esto se pudo hacer gracias a los altos precios de las materias primas y recursos naturales de exportación. Hoy la coyuntura es más complicada y el estado contará con menos recursos para implementar políticas sociales.

" No soy Evo Morales"

En una entrevista a la BBC posterior a la elección Arce contestó a quienes le consideran una marioneta del expresidente Morales: “Lo he dicho muchas veces, no soy Evo Morales” y defendió que llevará a cabo una renovación en su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS). “Si Evo Morales quiere ayudarnos, será muy bienvenido. Pero no significa que Morales estará en el gobierno. Será mi gobierno. Si quiere volver a Bolivia y ayudarnos, no hay ningún problema. Él va a decidirlo. Yo no lo voy a decidir por él”, afirmó.

Varios analistas en Bolivia señalan que Arce va a insistir en el distanciamiento con el exmandatario que ya se vio durante la campaña y algunas voces importantes del nuevo MAS se han pronunciado en esa línea.

En el mes de septiembre Morales aseguró que volvería a Bolivia al día siguiente de ganar las elecciones, aunque no ha sucedido así y parece que hay varios factores que dificultan un regreso inmediato. El lunes la presidenta del Senado, Eva Copa, del MAS, dijo que aún debe esperar.

“No creemos que sea el momento adecuado, él tiene todavía temas que solucionar”. El portavoz del partido, Sebastián Michel, se expresó del mismo modo: “En este momento él no puede retornar, no tiene las garantías fundamentales, no tiene un debido proceso, no es conveniente que venga. Una vez que se restablezcan las garantías, él podrá venir acá libremente”, dijo en referencia a varios procesos penales abiertos contra el expresidente durante el gobierno de transición acusado de delitos graves como sedición y terrorismo