Coronavirus
La Corte Suprema de Estados Unidos ampara a los creyentes
El Alto Tribunal de Estados Unidos da la razón a los católicos y judíos y anula las restricciones por el coronavirus impuestas por el gobernador Cuomo en Nueva York
Por cinco votos contra cuatro los jueces del Tribunal Supremo de Estados Unidos han dado la razón a varios grupos religiosos, entre ellos la Diócesis Católica de Brooklyn y la Agudath Israel of America, en su disputa legal con el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. El político demócrata, máximo dirigente local de un territorio masacrado por la ola pandémica de la primavera, cuando la mortandad habitual multiplicó sus cifras por siete, había limitado el número de personas que pueden asistir a los servicios religiosos. Una disposición tan atendible como discutible. Tan comprensible en el marco de histeria provocada por el coronavirus como objeto de pelea por quienes sintieron que conculca derechos fundamentales.
Todo esto, además, en una Nueva York donde, por ejemplo, los colegios permanecen cerrados desde el lunes, por orden del alcalde de la ciudad, Bill de Blasio. Al mismo tiempo no sucede lo mismo con los bares, gimnasios y restaurantes. Por supuesto los colegios han demostrado unos porcentajes de transmisión de la enfermedad, del orden del 0,1%, muy inferiores a lo que habían conjeturado en los primeros meses por las autoridades sanitarias, desde mucho menores a los que puedan achacarse a los locales de ocio.
En el caso de las iglesias, además, estaba en juego nada menos que la salvaguarda de derechos constitucionales. La Diócesis Católica de Brooklyn había denunciado repetidamente que las restricciones por zonas, naranjas y rojas en función de los porcentajes de contagio, atentaban contra el libre ejercicio del culto. «Me complace la decisión de los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos, que han reconocido la clara violación de la Primera Enmienda y la urgente necesidad de reparación en este caso», ha explicado el obispo de Brooklyn, Nicholas DiMarzio. «Estoy orgulloso de dirigir la Diócesis de Brooklyn y luchar por nuestro derecho sagrado y constitucional a la adoración».
La Diocesis explica que el 16 de octubre un tribunal del distrito había rechazado su moción en una orden judicial preliminar. El caso fue a la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Estados Unidos. Finalmente, el 9 de noviembre de 2020, el caso llegó al Tribunal Supremo.
En su comunicado a la Prensa, el obispo DiMarzio añade «que las restricciones impuestas por el gobernador Cuomo en Nueva York fueron una extralimitación que no tuvo en cuenta el tamaño de nuestras iglesias o los protocolos de seguridad que han mantenido a los feligreses seguros. Los católicos en Brooklyn y Queens se han adherido a todos los protocolos de seguridad de COVID-19 para asistir a misa y recibir la Eucaristía. Nuestras iglesias no han sido la causa de ningún brote. Hemos llevado nuestra batalla legal hasta aquí porque debemos ser considerados esenciales, por lo que podría ser más esencial que reunirnos en oración con seguridad en tiempos de pandemia. Ahora, con el beneficio del fallo de la Corte Suprema, esperamos continuar la lucha en los tribunales inferiores para asegurarnos de que estas restricciones inconstitucionales sean impuestas permanentemente de una vez por todas».
Los responsables de las iglesias católicas y las sinagogas judías ortodoxas celebran una sentencia que, en su opinión mayoritaria, estima probada la discriminación de los locales de culto frente a los negocios seculares. Las regulaciones, reza, son «mucho más restrictivas que cualquier regulación relacionada con covid que se haya presentado anteriormente frente al tribunal, mucho más estrictas que las adoptadas por muchas otras jurisdicciones duramente afectadas por la pandemia, y mucho más severas de lo que se ha demostrado necesarias para prevenir la propagación del virus».
El abogado Randy M. Mastro, que representa a la Diócesis de Brooklyn, ha comentado que su alegría por la celeridad del Supremo para «proteger uno de nuestros derechos constitucionales más fundamentales: el libre ejercicio de la religión». También ha elogiado al obispo DiMarzio, ejemplo, entiende, de «coraje», «comprometido a reabrir las iglesias de Brooklyn, de manera segura, y mantenerlas abiertas. Así que esta es una gran victoria para las iglesias de la Diócesis, pero también es una victoria para todas las personas de fe cuyos derechos ahora han sido reivindicados».
Para Cuomo, el fallo es «más ilustrativo de la Corte Suprema que cualquier otra cosa» así como «irrelevante de cualquier impacto práctico» dado que las restricciones ya se eliminaron. En la misma línea, uno de los jueces del Supremo, John Roberts, que votó en contra, escribió que «simplemente no había necesidad» de que un tribunal actuara. «Ninguno de los lugares de culto identificados en las aplicaciones está ahora sujeta a restricciones numéricas», concluyó.
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