EE UU

Biden: “Los días más oscuros en la batalla contra la Covid están por venir”

El presidente electo pide a la población llevar mascarilla y mantener la distancia social. Admite que no cambiará “inmediatamente” el sistema de asilo de Trump para evitar un flujo de inmigración irregular

El presidente electo de EE UU, Joe Biden, durante su discurso a la nación de ayer desde Wilmington (Delaware)
El presidente electo de EE UU, Joe Biden, durante su discurso a la nación de ayer desde Wilmington (Delaware)Carolyn KasterAgencia AP

A menos de 30 días de su toma de posesión, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, habló este martes sobre la epidemia de coronavirus. Lo hizo al día siguiente de haber recibido la vacuna de la covid-19, en un gesto muy publicitado para animar a los indecisos a ponerse su vacuna en cuanto sea posible.

El mensaje de Biden, con sabor a Navidad, pero marcado por la ominosa realidad de la pandemia, fue realizado desde Wilmington (Delaware). Biden lamentó el comportamiento del presidente saliente, Donald Trump, al que pidió que colaboré de forma absoluta durante las próximas cuatro semanas de transición hacia la Administración demócrata.

También declaró su decepción con la actitud demostrada por Trump y agradeció a los republicanos que han reconocido el resultado de las presidenciales del 3 de noviembre. Biden advirtió de que “nuestros días más oscuros en la batalla contra la covid están por llegar, no los hemos dejado atrás. Por muy frustrante que sea escucharlo, vamos a necesitar paciencia, persistencia y determinación para derrotar a este virus”. “Vamos a perder decenas de miles de vidas en los próximos meses y la vacuna no va a poder parar eso”, advirtió.

"Necesitamos que todo el mundo lleve mascarilla, practique la distancia social y evite las congregaciones grandes, especialmente en interiores", instó el presidente electo.

Poco antes de que Biden hablase, su equipo había confirmado más nombramientos. Entre otros el de Bruce Reed, un viejo conocido de quien fuera vicepresidente con Obama, y que ejercerá como subdirector de gabinete. También confirmó el nombramiento de Gautam Raghavan como subdirector de la oficina de Personal Presidencial.

El presidente electo también habló sobre el paquete de estímulos aprobado por el Legislativo, por un monto de 900.000 millones de dólares. "A comienzos del próximo años, presentaré al Congreso mi plan para el siguiente paso", adelantó el mandatario electo, que recordó que la distribución de las vacunas va a costar miles de millones de dólares. Además, "debemos hacernos cargo de esas personas que sin tener culpa están desempleadas", avisó Biden.

Horas antes, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, comentó en rueda de prensa que había hablado con Biden y que, en su opinión, el plan de ayuda es la punta del iceberg.

Curiosamente, Trump también habría mostrado su frustración por la cuantía del plan, que considera insuficiente.

La situación económica sigue siendo la gran preocupación de los estadounidenses mientras la tercera ola de la enfermedad acumula ya 18.080.158 casos diagnosticados, un millón en los últimos seis días, 201.723 solo el 21 de diciembre, y 320.551 muertos, 1.960 el pasado lunes.

El 1 de enero, las muertes rondarán las 352.000, y las proyecciones hablan de 561.699 para el 1 de abril. Una investigación del "New York Times", a partir de datos del Departamento de Salud y el Departamento de Seguridad Nacional, revela la magnitud del reto: uno de cada cinco hospitales con UCI tiene estas unidades a un mínimo del 95% de su capacidad. El 17 de diciembre estaba ocupado el 78% de las camas en cuidados intensivos en todo el país.

En Brooklyn, el hospital Presbiteriano está al 105% de capacidad, con ninguna cama libre en cuidados intensivos, mientras que la UCI del hospital de Flushing, en Queens, está al 150%.

No es mejor en el otro extremo de Estados Unidos. En California, con 150.000 contagios durante la última semana, las UCI están ya al 97,5% de capacidad, vuelve a plantearse la necesidad de poner en marcha el triaje mientras avanza la construcción de varios hospitales de campaña.

Por otra parte, Biden, defendió su decisión de no parar "inmediatamente" todas las restricciones al asilo creadas por Trump, porque eso generaría un repunte enorme en la migración de indocumentados hacia su país.

“Lo último que necesitamos es decir que vamos a parar inmediatamente el [sistema de] acceso al asilo tal y como se ejecuta ahora, y después acabar con dos millones de personas en la frontera”, aseguró el presidente electo.

Una orden ejecutiva por la «belleza»

A Donald Trump le preocupa la estética de los edificios federales. Hasta el punto de que una de sus últimas órdenes ejecutivas trata de garantizar su belleza. Trata de ordenar los criterios estilísticos de los futuros edificios. De paso trasluce su preocupación respecto al gusto de sus sucesores y ordena crear un Consejo para la Mejora de la Arquitectura Cívica Federal. Prohibida la vanguardia y, en general, cualquier estilo que vaya más allá de los clásicos en Washington; mejor dicho del neoclásico, las imitaciones del renacimiento griego y las aproximaciones al gótico. «La arquitectura federal que siguió, supervisada por la Administración de Servicios Generales, fue a menudo impopular entre los estadounidenses». Cita como ejemplos de mala arquitectura el edificio del Departamento de Salud de Hubert H. Humphrey y el edificio del Departamento de Vivienda Robert C. Weaver, que «suscitaron críticas generalizadas por sus diseños brutalistas». «El Gobierno Federal», lamenta, «ha dejado de construir edificios hermosos. En Washington, DC, la arquitectura federal se ha convertido en una mezcla discordante de diseños clásicos y modernistas».