Polémica

Estados Unidos escenifica en Dajla su apoyo a Marruecos sobre el Sáhara

La Administración Trump busca el edificio más apropiado en el Sáhara Occidental para abrir un consulado

Primera visita de delegación oficial de EE UU al Sáhara Occidental, en la imagen en Dajla
Primera visita de delegación oficial de EE UU al Sáhara Occidental, en la imagen en DajlaJavier OtazuEFE

Estados Unidos escenificó hoy en Dajla, al sur del Sáhara Occidental, su apoyo efectivo a las tesis de Marruecos sobre el territorio en disputa, con la visita del subsecretario de Estado para asuntos de Oriente Medio, David Schinker.

Aunque se había especulado con que su visita sirviera para inaugurar un consulado de su país en la ciudad, tal como prometió Donald Trump a Mohamed VI en una conversación telefónica el pasado 10 de diciembre, el embajador de Estados Unidos en Rabat, David Fischer, aclaró que su país está todavía buscando el edificio apropiado para esa sede diplomática, pero dijo que “será pronto”.

Por ello, la visita de Schinker tuvo un valor más bien simbólico, y sirvió para reiterar el firme apoyo de Estados Unidos a la “marroquinidad” del Sáhara y al plan de autonomía de Marruecos como única salida para el conflicto de la ex colonia española en disputa con el Frente Polisario.

Era la primera vez que un embajador y un alto funcionario visitaban el territorio del Sáhara, y Marruecos no dudó en fletar un avión e invitar a decenas de periodistas para que cubrieran la visita.

En una declaración conjunta al lado del ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, Schinker se deshizo en alabanzas para con el rey Mohamed VI y su “reinado de reformas”, y citó en particular “la protección a la comunidad judía” de Marruecos, un tema que siempre es destacado por los estadounidenses.

Con respecto a las relaciones bilaterales, Schinker recordó varios detalles que convierten a Marruecos en un aliado particular al nivel incluso de Israel, como el hecho de que sea en suelo marroquí donde se fundó el primer consulado estadounidense (Tánger) o que Marruecos sea el único país de África con el que EE UU tiene un acuerdo de libre comercio.

A su lado, el ministro de Exteriores marroquí, pletórico, recordó que su país y Estados Unidos son “socios excepcionales”, y mencionó las posturas cercanas en cuestiones internacionales, incluso en países tan alejados como Irán y Venezuela, donde Rabat se ha alineado en los últimos años con las agresivas políticas de Donald Trump.

El acuerdo de libre comercio marroco-estadounidense ha sido ya renovado en cuatro ocasiones -recordó Burita- y ha alcanzado un volumen de intercambios bilaterales de 5.000 millones de dólares.

“Consulado provisional”

Tras las declaraciones, Schinker y Burita visitaron un edificio decorado con las banderas de Marruecos y Estados Unidos y que Rabat presentó como “consulado provisional”, aunque el embajador Fischer aclaró que su administración está examinando este y otros edificios para la futura sede.

Fischer precisó que ya existen desde el pasado lunes “servicios digitales de un consulado virtual” en Dajla, pero que este es solo el primer paso hasta asegurar “una presencia permanente”.

Miembros del equipo de Schinker explicaron a los periodistas que el cometido del consulado será en un primer momento preferentemente económico, para prestar asistencia a las 150 empresas estadounidenses ya establecidas en Marruecos o las que se animen a venir en busca de los sectores más prometedores en el Sáhara: pesca, energías renovables o turismo.

La llegada de Biden

Sobre el riesgo de que la próxima administración estadounidense de Joe Biden revierta la decisión de Trump de reconocer la soberanía marroquí en el Sáhara, Schinker no quiso hacer conjeturas: “Cada administración procede con su propia política y el presidente Biden tendrá la suya”, dijo a Efe.

Sin embargo, fuentes de su equipo comentaron a los periodistas que Marruecos es un aliado demasiado importante para Estados Unidos como para imaginar un gesto -dar marcha atrás en la cuestión del Sáhara- que no sería bien recibido por el país magrebí.

Ninguno de los que hoy tomaron la palabra hicieron la menor alusión a la ruptura del alto el fuego declarada por el Frente Polisario el pasado 14 de noviembre, ignorando la “guerra” que el frente dice haber declarado a Marruecos desde entonces.

De hecho, en la ciudad de Dajla eran invisibles los signos de un conflicto, y el numeroso despliegue policial para la visita era el habitual de la policía marroquí en las “provincias del sur”, como Rabat llama al Sáhara Occidental.