La Super Bowl es parte de la idiosincrasia estadounidense. El amor por el fútbol americano corre por las venas de millones de personas y esta es una oportunidad para el encuentro familiar. Se trata de una ocasión en la que todo el mundo se reúne para ver este partido y su aclamado show de medio tiempo. Aunque este año se había previsto una actuación de Rosalía junto a The Weeknd, finalmente la española no derrochará su talento en este espectáculo televisivo que genera ingresos millonarios por publicidad.

Pero claro, este será un año muy distinto por la pandemia del coronavirus que nos azota desde hace casi un año. En los últimos meses, hemos visto cómo los casos de coronavirus se han disparado después de momentos de encuentro familiar como la Navidad, nochevieja o Reyes. En Estados Unidos ha ocurrido exactamente igual, y se han elevado los casos después de Halloween, Acción de Gracias, Navidad y Año Nuevo.

Mucha gente considera las reuniones de la Super Bowl como cualquier otra fiesta, pero ¿podrían esas fiestas dar lugar a una ola de coronavirus y, por tanto, nuevas restricciones?

En el último mes, el número de pruebas positivas y de pacientes en los hospitales estadounidenses ha disminuido. Los expertos en salud dicen que el descenso de los números es relativo, ya que se llegó a máximos históricos durante la oleada de vacaciones y el hecho de que los números están bajando de esos máximos, no significa que todo está solucionado.

“Por desgracia, si seguimos haciendo reuniones para ver la Super Bowl, algunas personas podrían no estar aquí para el próximo año”, explicó Sabrina Assoumou, médico de enfermedades infecciosas en el Centro Médico de Boston.

Pero lo que preocupa a las autoridades sanitarias es la forma de verlo. “Espero que la gente vea el partido”, dijo el gobernador Charlie Baker. “Espero que lo disfruten. Espero que Tampa Bay gane. Pero espero que la gente lo pase de la manera más segura posible. Soy una especie de Grinch. Soy el tipo que se robó el Día de Acción de Gracias, el tipo que se robó la Navidad, el tipo que se robó el Año Nuevo, el tipo que se roba todas las fiestas que se te ocurran y que hizo que todo el mundo tirara tiros por caramelos para Halloween”.

Haciendo un análisis de las cifras de contagio en los Estados Unidos, los datos demuestran la directa correlación entre fechas de reunión familiar con el aumento de casos de coronavirus. Partiendo, dos semanas después de la celebración de Halloween el 31 de octubre, los contagios subieron en 181.593 casos.

Dos semanas después de la cena de Acción de Gracias, los contagios subieron 201.073 personas.

Dos semanas después de la cena de nochebuena, Estados Unidos totalizó 300.594 nuevos casos de covid-19, mientras que el total de contagios por los encuentros de nochevieja subió en 229.712 casos. Ya no se trata solo de contagios, sino de cifras de una mortalidad que desborda la capacidad de las funerarias.

“Llevar la cara tapada, lavarse las manos, mantener la mayor distancia física posible, evitar las aglomeraciones y los lugares poco ventilados, todo ello es importante”, afirma Assoumou. “Si seguimos reuniéndonos y no seguimos esas recomendaciones, es más probable que quizás veamos más variantes que van a evolucionar haciéndonos más difíciles las próximas etapas”.