Rusia

Navalni, en manos de Putin: le trasladan a un hospital para reclusos

Tras tres semanas en huelga de hambre, el opositor ruso fue trasladado a un hospital penitenciario para ser tratado con vitaminas

El opositor ruso, Alexei Navalni
El opositor ruso, Alexei NavalniAlexander ZemlianichenkoAP

Las últimas noticias sobre Alexei Navalni son confusas. Tanto, que no se sabe si podríamos ser testigos de sus últimos días con vida o de un nuevo golpe de efecto ideado por el opositor para llamar la atención internacional. Lo cierto es que han pasado ya casi tres semanas desde que Navalni iniciara una huelga de hambre en la colonia correccional Nº2 de la ciudad rusa de Pokrov, donde cumple condena, para reclamar la asistencia médica de un doctor de su confianza y ser tratado de unos fuertes dolores de espalda que se habían extendido hasta su pierna.

Según el entorno de Navalni, la salud del opositor se ha deteriorado hasta tal punto que se teme por su vida, hecho que provocó ayer su traslado a un hospital para presos situado en la cercana colonia correccional IK-2, donde se le está aplicando una terapia a base de vitaminas para la que Navalni ha firmado su consentimiento.

El servicio penitenciario ruso ha desmentido las acusaciones por los abogados del bloguero asegurando que su estado de salud siempre ha sido satisfactorio, a juzgar por los resultados médicos de los exámenes que el doctor de la prisión ha venido realizando a Navalni desde que se publicaran sus dolencias. Los responsables del servicio de prisiones ruso han acusado al opositor de exagerar su estado de salud en busca de protagonismo.

El Kremlin, siempre reacio a comentar este tema ante los medios, ha declarado a través de su portavoz, Dimitri Peskov, que «no disponen de información sobre el estado de salud del mencionado recluso y por tanto no pueden creer sus afirmaciones acerca de cierto estado crítico», afirmando que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha recibido información sobre las solicitudes hechas por el opositor para ser atendido por sus médicos. Según Peskov, Putin está «informado de estos hechos. En este caso no puedo reflejar reacción alguna. Ello no puede ser motivo para una intervención del presidente».

A pesar de que la noticia podía interpretarse como un relativo triunfo de la presión internacional, la UE ha acogido con cautela este anuncio. «Hoy (por ayer) hemos tenido noticias de que el señor Navalni ha sido trasladado a una prisión hospitalaria regional, pero las autoridades rusas deben concederle acceso inmediato al personal sanitario en el que él confíe», aseguró el máximo representante de la diplomacia comunitaria Josep Borrell tras la reunión de los ministros de Exteriores de los 27.

El político español recordó que en su viaje a Moscú a principios de febrero ya pidió a las autoridades rusas la liberación de este disidente, sin que esta petición «fuera escuchada» lo que ha acabado desembocando en un agravamiento de la situación. «Enviamos un mensaje unido para las autoridades rusas de que son responsables de la seguridad y salud de Navalni y que esperamos que respondan por ello».

El domingo, las cancillerías europeas emitieron un mensaje conjunto en el que pedían al Kremlin la «liberación inmediata e incondicional» del opositor y una investigación transparente sobre su intento de asesinato. La comunidad internacional no tiene dudas de que Moscú está detrás de este envenenamiento ya que la sustancia empleada fue el agente nervioso Novichok, un gas desarrollado por la extinta URSS y que también fue utilizado en el ataque contra el agente doble Sergei Skripal y su hija en Salisbury (Reino Unido). Eso sí, la Comisión Europea también descartó que la UE vaya a aprobar nuevas sanciones contra Rusia.

Además, más de cien intelectuales, artistas y académicos de todo el mundo firmaron un manifiesto en el que instan a Putin a facilitar asistencia médica a Navalni, entre ellos Pedro Almodóvar, Mario Vargas Llosa, J. K. Rowling o Ralph Fiennes. En cuanto a las presiones de EE UU y la advertencia efectuada por Washington acerca de que Rusia tendrá que «rendir cuentas ante la comunidad internacional» en el caso de que Navalni fallezca, el portavoz del Kremlin recordó que «el estado de salud de los condenados y reclusos en el territorio de Rusia no puede ser tema de interés de otros Estados».

Mientras, la Fiscalía de Moscú ha iniciado los trámites para que la Fundación Anticorrupción, creada por Navalni, pase a engrosar la lista de organizaciones extremistas ilegales, alegando que su función es crear un clima de crispación que pretende desestabilizar el país y terminar con el orden constitucional de Rusia, teniendo como ejemplo las revoluciones de otras ex repúblicas soviéticas como Georgia o Ucrania.

La respuesta de la mencionada fundación a la amenaza de convertirla en una organización extremista y al agravamiento de la salud de su líder no se ha hecho esperar y ha convocado manifestaciones de apoyo para mañana, que tendrían lugar en las ciudades más importantes de Rusia a partir de las 16:00 horas. Las movilizaciones, que pretenden convertirse en «las más multitudinarias de la historia de Rusia», según sus organizadores, no han sido autorizadas por el Gobierno y pueden repetir el resultado de las anteriores convocatorias en las que cientos de manifestantes fueron detenidos.

El Ministerio del Interior ya ha instado «a los ciudadanos a abstenerse de la participación en actos planeados no permitidos, así como de visitar plazas y calles señaladas como puntos de reunión» por los organizadores.