Desnazificación
Berlín recuerda a Fritz Bauer, el fiscal que enfrentó a Alemania con su pasado nazi
Pasará a la historia por sentar en el banquillo a 22 personas que habían participado en los crímenes del campo de concentración de Auschwitz
El centro Topografía del Terror de Berlín aborda en una nueva exposición la vida y legado de Fritz Bauer, el fiscal que inició la confrontación de los tribunales alemanes con el pasado nazi del país.
El legado de Bauer esta relacionado con el célebre proceso contra 22 personas que habían participado en los crímenes cometidos en el campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia.
Antes, lo que vino a saberse solo después de su muerte, había tenido un papel clave en el secuestro por parte del espionaje israelí, el Mosad, de Adolf Eichmann, responsable de buena parte de la logística del Holocausto, que luego fue juzgado y condenado a muerte en Jerusalén.
La idea original de Bauer era que Eichmann fuera extraditado a Alemania para juzgarlo, pero el Gobierno del momento, presidido por Konrad Adenanauer, se negó a pedir la extradición.
Adenauer no había sido cómplice de los nazis, pero tenía como lema “dejar que el pasado fuera pasado” y en su entorno tenía gente que sí había estado cerca de la élite del poder entre 1933 y 1945.
La confrontación con el pasado, que Bauer quería desatar con un juicio a Eichmann, tuvo lugar luego con el proceso de Auschwitz, como se le conoce, que se inició en 1963 -18 años después de la guerra- concluyó en 1965 con las sentencias y a partir de él se intensificó la confrontación de Alemania con el pasado nazi.
En total, durante los 3 años del proceso, fueron llamados a declarar 360 testigos de los que 211 eran supervivientes de Auschwitz.
La exposición que se inauguró este martes en Berlín en formato digital y se prolongará hasta el 17 de octubre, tuvo su origen en el recuerdo de ese proceso, el más grande de ese tipo nunca realizado en Alemania.
Sin embargo, sus responsables decidieron luego documentar toda la biografía de Bauer: desde sus comienzos como joven judío y socialdemócrata que tuvo que huir de los nazis, su exilio en Dinamarca y Suecia, su regreso a Alemania en 1949 y su carrera como fiscal, que tiene su momento culminante en el proceso de Auschwitz.
Un tema sobre el que hubo discusiones acerca de si debía o no formar parte de la exposición es el de la homosexualidad de Bauer. Finalmente, como se dice en el prólogo del catálogo, se optó por incluir el tema debido a que ello fue utilizado por sus enemigos como arma en su contra.
La primera estación de Bauer a su regreso a Alemania fue Braunschweig (norte del país), donde estuvo entre 1949 y 1956. De esa época lo más notable fue un proceso contra Otto Ernst Remer, ultraderechista y ex oficial nazi, que terminó con una condena por calumnia por haber llamado “traidores” a los conjurados del 20 de julio de 1944 que habían intentado matar a Hitler.
La lucha por llevar a los tribunales el pasado nazi no fue fácil para Bauer, que se encontraba con la resistencia de muchos que, dentro del aparato de la Justicia, habían estado demasiado cerca de nacionalsocialismo.
Después Bauer pasó a Fráncfort, como fiscal general, donde impulsaría el proceso de Auschwitz, en contra de buena parte de la opinión pública y también con enemigos dentro de los aparatos de justicia y de los órganos de seguridad.
“Salgo de mi oficina y me encuentro en territorio enemigo”, es una frase de Bauer que se cita con frecuencia y que la ex ministra de Justicia Herta Daubler-Gmelin recuerda en un artículo que forma parte del catálogo.
La exposición presenta documentos, cartas con insultos y amenazas contra Bauer, que muestran como él se enfrentaba a una fuerte resistencia dentro de Alemania.
En otras cartas hay quejas por considerar que las condenas fueron demasiado benignas. Bauer, en su momento, tuvo que esforzarse por demostrar la responsabilidad individual de cada acusado, ya que el tribunal no aceptó su postura según la cual para ser culpable bastaba con haber sido parte de la maquinaria.
Esa posición solo vino a ser aceptada mucho después, ya en este siglo, y ha sido la base de condenadas contra antiguos guardias, ya nonagenarios, de los campos de concentración.
Bauer fue encontrado muerto en su apartamento en Fráncfort el 1 de julio de 1968. Sobre la causa de su muerte circularon rumores y se habló tanto de un posible suicidio como de un eventual asesinato.
Según la autopsia, en su cuerpo había cinco tabletas de veronal y tenía un grado de alcoholemia de entre 1,0 y 1,1 por mil. Se determinó que un alto consumo de tabaco pudo haber contribuido a su muerte.
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