Terrorismo

El cabecilla del Estado Islámico, camino de ser acusado de genocidio por la matanza de yazidíes

Ibrahin Hashimid dirigió el exterminio de este etnia durante el “califato” en Irak

Ibrahim Hashimi
Ibrahim Hashimijmzcab

Amir Muhammad Sa’id Abdal-Rahman al-Mawla, nombre real del máximo cabecilla de Daesh (Estado Islámico, ISIS) lleva camino de ser acusado de genocidio por la matanza de miles de yazidíes que, según diversas fuentes, dirigió en los tiempos del “califato”.

Este siniestro personaje, por cuya captura ofrece Estados Unidos 10 millones de dólares, se hace llamar ahora Ibrahim Hashimi y, por razones de seguridad, no ha hecho ninguna comparecencia pública, ni personal ni por vía telemática.

Con un pasado lleno de lagunas (se le acusó de vender a sus compañeros de Al Qaeda cuando militaba en esta banda yihadista) se le imputa haberdirigido y justificar el secuestro, la masacre y la trata de la minoría religiosa yazidí en el noroeste de Irak.

Ahora, el equipo de investigación de la ONU que investiga las atrocidades de Estado Islámico ha constatado que hay “pruebas claras y convincentes” para clasificar como genocidio los crímenes cometidos por Daesh contra los yaizidíes.

Así lo ha explicado ante el Consejo de Seguridad el asesor especial y jefe de la unidad de investigación -conocida como UNITAD-, Karim Khan, que ha asegurado que supone un “momento histórico” del trabajo de este equipo.

NITAD ha estado investigando dos acontecimientos concretos, por una parte, los ataques contra la comunidad yazidí en la región de Sinyar, en el norte de Irak; la matanza masiva de cadetes desarmados y personal militar en la Academia del Aire Tikrit en junio de 2014.

Así, “sobre la base de investigaciones independientes e imparciales, cumpliendo con los estándares internacionales y las mejores prácticas de la ONU, hay evidencia clara y convincente de que los crímenes contra el pueblo yazidí constituyeron claramente un genocidio”, ha precisado Khan.

El enviado especial ha recordado como Estado Islámico obligó a los yazidíes a elegir entre “convertirse o morir”, además de haber llevado a cabo “ejecuciones, esclavitud y esclavitud sexual”, muchos de ellos perpetrados contra niños.

En este contexto, Khan ha incidido en que “se necesita una legislación para garantizar que Irak cuente con la arquitectura jurídica para enjuiciar esta hemorragia del alma humana: no como delitos comunes de terrorismo, por atroces que sean, sino como actos de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra”.

Los yazidíes practican una forma ancestral de religión que combina elementos del zoroastrismo y las antiguas religiones mesopotámicas. Ello les hizo acreedores del calificativo de “herejes” por parte de Estado Islámico. En el momento de la invasión yihadista, vivían en Irak unos 550.000 yazidíes. De ellos, unos 360.000 escaparon y encontraron refugio en otro lugar, pero otros miles de hombres fueron asesinados y mujeres y niños esclavizados y violados