Igualdad
La lucha en Francia para que el apellido materno se inscriba en el acta de nacimiento
Un diputado y un colectivo pretenden modificar la ley en aras de la igualdad
Inscribir en el acta de nacimiento en Francia los apellidos del padre y de la madre. Esa reivindicación, que sus impulsores consideran de sentido común, empieza a cobrar fuerza en el país con la acción conjunta de un diputado y un colectivo que aseguran actuar en aras de la igualdad. Su lucha aspira a modificar la ley y a acabar con una tradición que suele relegar al olvido a la rama materna y que se traduce en trabas administrativas para la madre en caso de separación o divorcio.
Porte Mon Nom (Lleva mi apellido) lo tiene claro: tener solo el apellido paterno no se ajusta a la sociedad contemporánea y priva a la madre de libertad.
Una ley de 2002 permite desde entonces a los padres elegir qué apellido transmitir, sea el del padre, el de la madre o los dos juntos unidos por un guión en el orden elegido por ambos, pero si no lo precisan, el pequeño recibe solo el paterno.
En 2013, se previó que en caso de desacuerdo el pequeño lleve los dos apellidos unidos y por orden alfabético, pero estas autorizaciones administrativas no evitan que, en la práctica, en el 80 % de nacimientos prevalezca el paterno, por tradición o por presiones familiares o sociales.
Críticas a un sistema patriarcal
“Parece que todavía estamos en la época en la que había que tener un hijo para transmitir las tierras y el patrimonio. El Gobierno, patriarcal hace todo para impedirnos tener un lugar oficialmente en la sociedad”, explica a EFE la portavoz de Porte Mon Nom, Marine Gatineau-Dupré.
Separada, de 37 años y madre de dos hijos de padres distintos, dice haber vivido todas las “humillaciones” que el hecho de que no tengan su apellido conlleva, desde tener que justificar con el libro de familia que son suyos hasta comprobar que, al no compartir ellos ese vínculo, “en el colegio es como si no fueran hermanos”. Su colectivo tiene como reclamo principal que se automatice la inscripción de los dos apellidos y que en caso de no quererlo así los padres tengan que firmar una declaración para cambiarlo, lo que invierte la práctica en vigor. La petición pública lanzada a través de la plataforma Change.org supera ya las 22.200 firmas, pero su lucha no se queda solo en las redes.
Apoyo parlamentario
Porte Mon Nom tiene el apoyo del diputado Patrick Vignal, del partido gubernamental La República en Marcha (LREM), que confía en poder llevar a cabo ese cambio en este mandato, que termina en 2022, o dejarlo como muy tarde para el siguiente.
Para ello, planea reunirse con miembros del Ejecutivo para estudiar qué vía sería la más adecuada: un proyecto de ley en caso de que el Ejecutivo se sume a su causa, una proposición de ley si acaba presentando la iniciativa por su cuenta, o directamente un decreto. ”Las mentalidades han evolucionado y es hora de que Francia también lo haga”, apunta a EFE Vignal, que trabaja mano a mano con Porte Mon Nom y de quien Gatineau-Dupré es una de sus ayudantes parlamentarias voluntarias.
Ambos coinciden en que implantar de forma automática el doble apellido no quita derechos a nadie y han visto cómo en estos tres meses de trabajo conjunto el eco mediático ha crecido tanto que les hace confiar en sus posibilidades.
Están dispuestos incluso a elevar su llamamiento al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, pero esperan que no sea necesario: “Creemos que el Gobierno es lo suficientemente inteligente como para entender que hay una injusticia flagrante”, concluye la portavoz. EFE
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