Expulsado de Reino Unido
Jawad Akbar, el yihadista que quería volar un centro comercial y activar bombas radiactivas
Fue condenado a cadena perpetua en 2007 por conspirar para perpetrar varios atentados y ahora será expulsado de Reino Unido
Jawad Akbar fue condenado en el año 2007 a cadena perpetua en el juicio más largo y más caro de la historia judicial del Reino Unido junto a otros cuatro yihadistas de origen paquistaní por conspirar para desencadenar una sangrienta campaña terrorista en Reino Unido. Este islamista radical planeó volar el centro comercial Bluewater de Kent, el mayor del país entonces, atentar contra un club nocturno en Londres y activar una bomba radiactiva.
Akbar, que hasta que fue detenido pasaba por ser un hombre normal, estudiante y amante del deporte, resultó ser un alguien lleno de odio y resentimiento hacia la sociedad en la que vivía. Ahora, 15 años después de ingresar en prisión, podría ser expulsado de Reino Unido y trasladado a una prisión de Italia, de donde es su padre. Esta decisión se produce después de que el terrorista perdiera la apelación para lograr la libertad condicional.
En marzo de este año, la Junta de Libertad Condicional de Reino Unido había valorado la posibilidad de conceder a Akbar la libertad condicional junto a otros presos de máxima peligrosidad de Reino Unido, un anuncio que generó una gran inquietud en la sociedad británica. “Proteger a la sociedad es nuestra prioridad”, aseguró un portavoz del organismo. La presión social finalmente hizo que este organismo rechazara la petición de Akbar. Existía el riesgo de que volviera a cometer un crimen y de que saliera del país.
El ex jefe de la lucha antiterrorista del Ministerio de Relaciones Exteriores británico, Ivor Roberts, dijo tras conocerse la noticia que es “un momento decisivo para nuestro sistema judicial”. “Hay que evitar que un terrorista condenado manipule las reglas en su beneficio. Aquellos que ponen en peligro la vida de los ciudadanos británicos no establecerán sus propias condiciones de encarcelamiento”.
Akbar formó parte de una célula terrorista junto a Omar Khyam, Anthony Garcia, Salahuddin Amin y Waheed Mahmood. Khyam había mantenido varios encuentros en el año 2004 con Mohamed Sidiqui Khan, el jefe del grupo que perpetró los atentados del 7 de julio del 2005. Todos ellos tenían vínculos con la red terrorista Al Qaeda y con los terroristas que perpetraron el atentado del 7 de julio de 2005 en Londres, un ataque dejó 56 muertos y cientos de heridos. Durante el juicio, la fiscalía dejó claro que estos cinco islamistas querían usar 600 kilos de fertilizante de nitrato de amonio para fabricar artefactos explosivos que planeaban hacer estallar lugares céntricos, incluido un centro comercial.
Uno de los lugares elegidos para atentar era la sala de conciertos londinense “Ministry of Sound”, así como un centro comercial en Kent y varias centrales de electricidad y gas. Akbar, que asistió a clases de un grupo político islamista en la Universidad de Brunel, tenía en su ordenador portátil información sobre la trama, que incluía instrucciones para la fabricación casera de bombas y una lista con la red de servicios públicos británica como objetivo de ataque. La intervención de la agencia de inteligencia británica MI5 fue clave al pinchar el teléfono del apartamento de Akbar y descubrir que éste había propuesto a Omar Khyam atacar la citada sala de conciertos. “En un gran club nocturno en el centro de Londres, nadie puede levantar la mano y decir que es inocente, esas escorias bailando”, dijo Akbar.
La detención de los yihadistas se produjo cuando la mayor parte de ellos estaban reunidos y lo único que faltaba para lograr su objetivo era ponerse de acuerdo sobre blancos”, afirmó el fiscal David Waters.
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