El otro lado

Lo que no se vio de la fiesta de la Eurocopa en Inglaterra: barrenderos trabajaron toda la noche para limpiar las calles

Antes, durante y quizás después, los hinchas que no acudieron al estadio bebieron y comieron en los rincones más importantes de la capital y dejaron Londres “destrozada” y llena de basura

Los seguidores de Inglaterra llenaron pubs, la zona de fanáticos en Trafalgar Square y lugares emblemáticos como como Leicester Square antes del juego, dejando las calles repletas de basura. AP
Los seguidores de Inglaterra llenaron pubs, la zona de fanáticos en Trafalgar Square y lugares emblemáticos como como Leicester Square antes del juego, dejando las calles repletas de basura. APKirsty WigglesworthAP

El fútbol es siempre una fiesta para los aficionados de este deporte, sobre todo los de equipos que se disputan alguna competición. El pasado domingo, Inglaterra e Italia se disputaron la Eurocopa en la gran final que tuvo lugar en Wembley. Pero a veces olvidamos el lado más humano, y es como no nos compadecemos del prójimo. Y es que la Eurocopa no terminó con el pitido final y la proclamación de la selección italiana como campeona de Europa, ni con las celebraciones en Roma o las decepciones en Londres, sino más tarde.

Antes, durante y quizás después, los hinchas que no acudieron al estadio bebieron y comieron en las calles cercanas al campo o en algún otro punto de lugares donde se podía ver el partido. Sus destrozos, como es “obvio”, no fueron recogidos por ellos mismos. Y es “obvio” no porque no tenga que hacerse, sino porque este tipo de personas no tiende a hacerlo. En su lugar, barrenderos tuvieron que trabajar durante toda la noche y parte de la mañana siguiente para limpiar estos restos.

Los seguidores de Inglaterra se reunieron en la capital británica para ver el encuentro, llenando pubs, la zona de fanáticos en Trafalgar Square y lugares emblemáticos como como Leicester Square antes del juego, dejando las calles repletas de basura. Miles de personas observaban en toda la capital, solo para ver cómo Inglaterra rompía su maleficio y conseguía su primera Copa de Europa, aunque no fue posible.

Lo cierto es que perder la final fue la mejor imagen que dio Inglaterra al resto de Europa y del mundo en el “it’s coming home” que se esperaba. Imágenes durante todo el día dejaron al país en evidencia por su vandalismo o racismo vergonzoso por parte de los hinchas. Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka fueron los jugadores del conjunto inglés que fallaron los penaltis que hizo que el equipo quedara como subcampeón, y los “hoolingans” les dedicaron insultos de odio respecto al color de su piel, es decir, racistas. Quizás la palabra “mono” es lo mejor que les dijeron de muchos otros.

Y en cuanto al vandalismo, decenas de aficionados de “The Three Lions” fueron detenidos por altercados y desobediencia civil, provocando avalanchas para entrar -la mayoría de ellos, de forma ilegal- en el estadio o simplemente en típicas discusiones entre ultras en las afueras. Y una veintena de policías fueron heridos por este motivo.

Decía Albert Einstein que hay dos cosas infinitas: la estupidez humana y el universo, y no estaba seguro de lo segundo. Es decir, tenía la certeza de lo primero. Y con razón.