Covid-19

La historia del joven italiano que se enfrentó a los negacionistas del coronavirus: “Mi padre dio su vida para salvaros”

Marcello Natali fue uno de los primeros sanitarios que falleció por Covid-19 y Marco, su hijo, no puede soportar los mensajes de aquellos que reniegan del virus

Los manifestantes no captaron la atención de Marco, que estaba paseando por la zona junto a su novia, hasta que este escuchó decir que “los muertos de Covid no existen”. TWITTER
Los manifestantes no captaron la atención de Marco, que estaba paseando por la zona junto a su novia, hasta que este escuchó decir que “los muertos de Covid no existen”. TWITTERLa Razón

Marcello Natali era un médico de 57 años que trabajaba en un hospital de la localidad italiana de Codogno, en el región de Lombardía. En marzo de 2020, con la primera ola colapsando Italia y antes de que se declarara la pandemia global de Covid-19, Lombardía era la peor zona de toda Europa en cuanto a casos y fallecimientos, y Natali fue uno de los que se habían contagiado de la enfermedad. Dos semanas después, el médico falleció a causa del virus, siendo uno de los primeros sanitarios que perdió su vida por esta razón.

Año y medio más tarde, Italia ha vacunado con la pauta completa a la mitad de su población, y el 63% de los italianos han recibido al menos una dosis de las vacunas contra el coronavirus. Sin embargo, una rama que apareció desde el origen de la infección (cuyo nombre científico es Sars-Cov 2) que, a día de hoy, es conocida como negacionistas, todavía se mantiene, protestando contra las medidas y restricciones del gobierno italiano para evitar la expansión del virus y sus nuevas variantes. Y en una de esas manifestaciones, en contra del certificado sanitario, el hijo del médico, Marco Natali, se enfrentó a ellos.

Los manifestantes estaban el pasado sábado en la Piazza della Vittoria de la lombarda población de Lodi. No captaron la atención de Marco, que estaba paseando por la zona junto a su novia, hasta que este escuchó decir que “los muertos de Covid no existen”. Entonces se dirigió a ellos, enfadado, tras escuchar sus palabras. “Era inaceptable. Mi padre dio su vida para salvar a los pacientes de coronavirus”, cuenta en una entrevista a Corriere della Sera.

“Les dije que tenía veinte años y me aplaudieron. Pero les dije que pararan, que yo no pensaba como ellos. Les conté que mi padre era un médico que murió el año pasado a causa de una infección en el trabajo. Y que, si hubiera habido antes una vacuna, seguramente se hubiera salvado”.

Tras conocerse la noticia, las redes sociales se volcaron en aplausos hacia él, aunque también recibió comentarios críticos. De todos modos, él no quiso leer lo que le decían, aunque sí respondió a los mensajes virtuosos. Algunos, incluso, le decían que se merecía “todo el respeto del mundo”, según relata. En su familia también le apoyaron y mostraron su orgullo hacia él. “Solo lo hice siguiendo el ejemplo de mi padre”.

La última vez que Marco oyó a su padre, Marcello estaba en cuidados intensivos en Milán y solo pudieron hablar por teléfono, pero la voz del médico ya era débil. Era 18 de marzo de 2020, y la vida del chico y su familia cambió completamente. “La vida sin mi padre ya no es lo mismo. Dejó un vacío muy grande”.

La familia, en su mayoría, trabaja en el sector sanitario. Su madre, Tiziana, es enfermera a domicilio, y él estudia química. El primer miembro sanitario fue su abuelo paterno, quien también era médico. Marco destaca el legado de su padre, quien les inculcó altruismo y respeto por las opiniones ajenas pero también la conciencia de tener que expresar libremente cada una de sus ideas. Él, se define como una persona tímida y reservada, aunque en aquel momento de “injusticia” del sector negacionista no pensó dos veces en enfrentarse a ellos. “Ante declaraciones inexactas, me vi obligado a contraatacar”. Pero, por otro lado, no se ve ni como un símbolo ni como una persona que pueda concienciar sobre el coronavirus y sus consecuencias. “Me parece algo demasiado grande para mí, solo tengo 22 años y aún soy estudiante. Yo solo seguí su ejemplo”.