Yihadismo
El Estado Islámico convierte la muerte de su jefe en el Sahel en una “victoria”
La realidad es que Adnan Abou Walid Al-Saharaoui fue abatido por tropas francesas de la operación Barkhane
El Estado Islamico (Isis, Daesh) ha rendido homenaje a Adnan Abou Walid Al-Saharaoui, el jefe de su franquicia en el Sahel, muerto el pasado mes de agosto en una operación realizada por tropas francesas de la operación Barkhane.
Los yihadistas, que no admiten una derrota, ctratan de convertir la pérdida de uno de sus cabecillas más importantes en una victoria. Para ello, utilizan, una vez, más a la religión y a Alá, en su particular interpretación del Islam para, en definitiva, intentar transmitir, dentro de su fanatización, que sus enemigos recibirán un gran castigo. La realidad es que han perdido a su dirigente en una zona de África que aspiran a controlar en disputa con los ejércitos regulares y el JNIM, la franquicia de Al Qaeda.
“La mayoría de la gente hoy en día cree que la victoria es solo victoria y victoria, mientras que ven la muerte como una pérdida y un fracaso, por lo que escuchamos y vemos a los derrotados desesperados”. “Culpan a los muyahidines (combatientes) después de que fueron asesinados por sus enemigos, y preguntan en desaprobación: ¿De qué se beneficiaron? ¿Y qué lograron? ¿Y qué han logrado? ¿Y por qué mataron?”, señala el editorial publicado en su revista Al Naba, cuyo último número fue insertado en sus redes sociales anoche.
“Los plazos están corriendo, y quien sea asesinado o muerto depende inevitablemente de Dios, y el esclavo no tiene el momento de su muerte, pero tiene el derecho de elegir de cualquier manera que se quitará la vida y derramará su sangre”, señalan los yihadistas sin reconocer que fueron las tropas francesas las que acabaron con el terrorista.
También señalan que “el Estado Islámico y sus nacionales revivieron estos elevados significados” en la pérdida de Baguz (último enclave que les quedaba en Siria) y Mosul que “fueron exterminados por aviones romanos y persas, sus cuerpos quemados y sus hogares destruidos”. Subrayan que no les doblegaron porque creían sólo en Dios. “¿no sería eso una gran victoria?”, se preguntan.
Aseguran que, en cualquier caso, Alá castigará a los que les derrotaron. “La recompensa de la yihad, que es la gran victoria mencionada por el Corán que incita a la yihad, es sólo “otra hebra en lo urgente, con las recompensas del más allá que amas”.
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